noviembre 24, 2014

Demasiadas veces

¿Cuántas veces son demasiadas veces? Creo que depende de si es bueno o malo. Lo bueno nunca nos parece demasiado, mientras que lo malo, si sucede más de una vez, nos agobia y nos hace creer que estamos condenados. Esto lo escribo desde el empirismo puro y duro. Lo pensaba el fin de semana, después de que me pasara "lo mismo" una vez más. Ya son tres veces. La tercera es la vencida, ¿no? Al menos eso dicen. 

Creo que algo (malo, ya quedó claro) es "demasiado" cuando te da igual, cuando deja de tener sentido, de importarte... cuando te pasó una y otra vez y lloraste y te dolió y no lo superaste, aunque digas que sí, y te pasa otra y otra vez y la reacción es más de desgano, de rutina, de conformidad... son demasiadas veces cuando ya no te crees víctima ni te sientes vulnerado/a sino parte del proceso... cuando lo aceptas y decides que la próxima lo harás mejor... cuando vuelves a aplicar la misma fórmula.

Debo confesar que he usado una misma fórmula desde hace años, lo descubrí esta vez y el primer paso para cambiar es saber qué hay que cambiar. Hoy creo que tres veces son demasiadas veces para una sola vida, hay piedras que tienen patas y hay que cortárselas para sobrevivir. 

Como mínimo, tengo que despejar otra incógnita, porque ya sé cuál es el valor de X. 

Tengo que avanzar.


PD: Me disculpan la alegoría con la estadística, estoy a punto de graduarme. 
#DiosMediante #Amén 

noviembre 03, 2014

Pijama nueva

Imagínense lo malditamente desordenada que soy, que hace unos días encontré -de nuevo- una de sus camisas entre las mías. Yo sabía que la había dejado alguna vez, pero no me dio tiempo de devolvérsela, como muchas otras cosas que no me dejó hacer ni decir. Muy por el contrario de lo que había pensado la primera vez que la vi después del "rompimiento", decidí usarla de pijama porque, a fin de cuentas, es mejor que usarla de coleto. Pero luego me puse a recordar y supe que ésta fue la camisa que usó la última vez que lo vi feliz, feliz de verdad... fue la camisa que tantas veces usó para venir a mi casa y quedarse dormido en el mueble con Motín en la Bounty en el pecho... fue una de las que se llevó a la playa aquella vez... y aquella otra vez... y era una de sus tantas camisas de cuello redondo que creí que nunca, jamás dejaría de oler a él... pero lo hizo y, a pesar de tanto, agradezco que me haya dejado esta camisa y agradezco que haya sembrado en mi alma las ganas de leer todos los libros del mundo y de escribir mi vida, la suya y la nuestra... agradezco haber aprendido y haberle enseñado cualquier_cosa y por encima de todo, el hecho de habernos vivido de tantas maneras... es lo que más agradezco en el mundo.

PD: Me hace ver sexy y todo, no creen.

octubre 05, 2014

No voy a olvidarte

Tú ya no sabes quién soy pero yo intento no olvidarte. Debe ser horrible no poder recordar momentos hermosos... no poder recordar cuántos días sonreíste, ni cuánto tiempo sentiste paz, eso debe ser un castigo muy feo. Pero tú lo decidiste, yo simplemente lo acepté. No voy a olvidarte, ¿para qué? Si me gustó mucho que pasaras por mi vida, que apagaras las velas y me iluminaras con tu risa, ¿por qué lo olvidaría? Si nadie nunca me había llevado por su camino tomada de la mano, ofreciéndome sin querer un mundo que yo anhelaba -y quizás necesitaba- para crecer. No quiero olvidarte, aún despierto con la sensación de que sigues en mi vida; dura tres segundos, pero son unos hermosos tres segundos. No puedo, porque cada minuto de cada día que estuviste aquí me hiciste desear ser mejor persona. No voy a olvidarte, solo para llevarte la contraria, porque sé que tú si olvidaste quien fuiste. No pienso olvidarte, me obligo a recordarte para poder detestar a la persona que eres hoy. No eres nadie, comparado con quien eras. Me da pena decirlo; pena de tristeza, no de vergüenza... eso te lo dejo a ti.

septiembre 02, 2014

Tengo deudas

A veces me da por leer lo que he escrito desde tiempos inmemoriales y hoy fue uno de esos días. Desde mis Pascualinas hasta este blog y el de Wordpress (que básicamente venía siendo lo mismo, porque hacía copy&paste), me di cuenta que todo lo que viví con Emmanuel no está en -casi- ninguna parte. Todas las "estupideces" que publicaba "en incógnito" eran por / para él*, no me da pena escribirlo, ni miedo, ni angustia de que alguien pueda leerlo y decirle que voy a escribir sobre nosotros... mejor dicho, sobre él en mi vida... o que lo lea él mismo, quién sabe, antes era "mi stalker oficial". Sinceramente, eso ya no me interesa, no me importa, no me afecta. Fueron siete meses intensos, quizás un poco menos, pero creo que logré despojarme del miedo y la decepción (entre otras cosas) que me impedían decir y/o escribir esos dos años como la buena historia que es, como esas anécdotas de la vida que sabes que no podrás olvidar, por más que quieras.

Miedo. No sé exactamente a qué le tenía miedo. En realidad, era miedo de mi misma, de lo que siento o sentía... de "descubrir" que aún seguía enamorada o algo así, de extrañarlo como lo hacía hasta hace un par de ¿semanas? ¿meses? ... ¿Acaso ha sido diferente alguna vez? La única diferencia con él es que pude tocarlo, abrazarlo y todas esas cosas que se supone que son normales en las relaciones sociales y sentimentales. Pero, en esencia, fue la misma mierda: me enamoré sola, ¡qué coño! Lo asumo, lo vivo, lo sufro y lo supero. 

Decepción. Una de las tantas veces que reflexioné en mi diario sobre cómo podía salir de "esto", recordé cómo había salido de las ediciones anteriores (sí, mi vida sentimental ha sido siempre igual, con sutiles diferencias) y supe que la decepción era la clave. Creo que él nunca lo leyó, pero es como si lo hubiera hecho, porque en ese escrito le pedía que me decepcionara para tener una excusa, porque soy así de cobarde, y lo hizo. Es -casi- todo lo que tengo que decir al respecto.

En alguna parte escribí que tenía mucho que contar. No mentía. Esas son las deudas que tengo conmigo misma, con Abbie para ser más exacta, porque ella merece tener respaldo escrito de sus recuerdos, de los momentos felices así como de los momentos malditos, los que la dañaron. Momentos que llenan y vacían su pozo, diría.

Hay ciertas cosas que aún no me he permitido hacer, precisamente por ese miedo que describo, pero no estoy apurada, dicen que hay que dejar que el tiempo haga su trabajo y yo estoy muy tranquila ahora, no pretendo que eso cambie por una foto o una canción... ni siquiera por este escrito.

PD: Tengo la sensación de que ha pasado mucho más tiempo del que en realidad ha pasado, "así de relativo es el tiempo" M.B.
*Sé que saben cuáles post eran por / para él, solo quiero creer que el hecho de no nombrarlo me daba un poco de privacidad. ;)

agosto 21, 2014

Perfecto Simple

Creo que lo mejor fue perderte. A ti, a ti y a ti. No digamos "perderte" porque, en honor a la verdad, nadie tiene el título de propiedad de nadie. 

Creo que lo mejor fue dejarte ir. Pude insistir, pude escribirte, llamarte, buscarte porque sabía dónde estabas... pude decir que todo fue un mal entendido, que no te quería lejos de mi, que no sé cuál fue mi error y rogarte me perdonaras, que tuviste muchos errores pero que olvidaría todo... que volvieras, que no te fueras del todo, que no te necesitaba pero te quería... pude escribirte otra carta, otros versos, darte otro abrazo... pude tomarte de la mano otra vez, mirarte a los ojos y resolver tus dudas aunque no tuviera ni mis certezas, solo para aliviarte las pesadillas... pude velar tus sueños, sé que me hubieses dejado hacerlo... pude creer más en ti, darte el beneficio de la duda, salvarte cuando no me lo pediste, mostrarte mi mundo de poesía que no querías conocer, ponerte una vez más el dedo en los labios y los labios en la frente... pude decirte por última vez todo lo que significabas y significarás para mi, lo que aprendí sin que me enseñaras, lo que me enseñaste sin que te lo pidiera, lo que te di sin querer, lo que perdí queriendo... pude seguir hablando bien de ti, que no eras una mentira, que no eras un disfraz, que no me harías daño, que siempre fui yo quien te dejó avanzar, yo "la culpable"...  pude seguir sanando las heridas que no te hice mientras tú hacías heridas que no ibas a sanar... pude decir y hacer lo que me dijeras*...

...pude... 
...pero no quise...
...y menos mal.
*Pude hacer mucho más que todo esto. 
  Agradezco que no me diste tiempo.

julio 31, 2014

Dime y te diré

Dime con quién andas y te diré quién eres...

dime lo que callas 
y te diré lo que grito
dime lo que escondes 
y te diré lo que muestro
dime lo que vives 
y te diré lo que invento
dime lo que amas 
y te diré lo que detesto
dime lo que disfrutas 
y te diré lo que padezco
cuéntame tus logros 
...y te hablaré de mis intentos
dime lo que te gusta 
y te diré lo que aborrezco
dime lo que sabes 
y te diré lo que ignoro
dime lo que sientes 
y te diré lo que pienso
dime lo que tienes 
y te diré lo que añoro
cuéntame tu vida 
...y te hablaré de mi muerte.

Dime de qué alardeas y te diré de qué careces...

julio 27, 2014

Cien días felices

Ayer terminé el "proyecto" #100HappyDays en Instagram. Creo que es un alivio para muchos, presiento que los estaba ladillando, pero para mí es un logro porque "si ya saben cómo soy..." nah, mentira... lo es porque soy de esas que ve el vaso medio vacío, la pesimista (optimista con experiencia), la amargada, la hater, la que todos le caen mal, la que odia hasta su propia sombra porque qué ladilla que no te abandone nunca... y haber encontrado aunque sea un cachito (sí, de los de la panadería) que me alegrara el día durante cien días consecutivos fue un descubrimiento total.

Comencé el reto (sí, le queda mejor ese adjetivo) en Febrero y lo dejé a medias porque ese mes fue muy duro para todos y no me sentí capaz de continuar, aplaudo a los que sí. Sin embargo, pensé que no es justo ser siempre la del ceño fruncido y decidí recomenzarlo el día de mi cumpleaños. Para quienes no sepan, #100HappyDays o #100DíasFelices es una propuesta a nivel mundial, no hay premio más allá de ser feliz, punto. Si quieren más información al respecto, yo no puedo dárselas, pero pueden ingresar AQUÍ. :)

Por supuesto que es difícil fotografiar algo que te haga feliz, sobre todo porque nos acostumbramos a no darle importancia a esas pequeñas cosas diarias que te sacan una sonrisa. Además, no siempre puedes fotografiar el instante en sí, sino un símbolo de ese momento (fue una de las cosas que hice) y que no todos los días son felices, créanme, hubo un par de días que no me soportaba ni a mí misma, pero logré sonreír por lo menos un segundo.

¿Qué aprendí? A valorar cada instante de cada día, a reflexionar en las noches y escoger el momento más divertido, más feliz, más tranquilo, más relajante del día, aunque eso no haya sido lo que reflejé en mis fotos, porque creo que lo importante no es lo que le muestras a los demás, sino lo que sientes por dentro y cómo eso te cambia de a poco. No puedo decir que cambié, pero si he vuelto a ser un poco como era Abbie antes del desastre en el que se convirtió nuestra vida. 

Ese es mi premio, después de cien días felices.

PD: Pueden ver mis fotos siguiendo #LokarlaHappyDay en Instagram.

julio 24, 2014

Soy la llorona de los cines

Soy de esas que llora en el cine. Lloré con La ladrona de libros, lloré con Harry Potter, con Life of Pi, con Intouchables, etc. etc., etc. Del mismo modo, lloro más cuando veo las películas en mi casa. Por supuesto, porque no hay nadie viéndome. No soy de las que compra películas en La Guairita o en Ciudad Universitaria (las veces que lo he hecho me han estafado, so...) pero siempre que tengo tiempo y ganas (sobre todo ganas), ando pescando alguna buena película en la televisión... por cable, porque en los canales nacionales todavía pasan películas de 1980 como lo último de Hollywood.

Hoy me di cuenta que soy fan de las películas donde la/el protagonista tiene una enfermedad terminal y se enamora. Voy a criticar: los protagonistas son unas ratas. Digo, porque hacen que el otro se enamore y luego van y se mueren. No pueden ir por la vida así, amigos. Y es masoquismo de mi parte ver ese tipo de películas, pero en mi defensa, diré que lloro con cualquier escena emotiva que salga en cualquier película. Puedo llorar con Fast & Furious 7 cuando el Brian de mentira se muera, lo juro. (No es spoiler, claramente todos saben que Paul Walker se murió y que sus hermanos lo reemplazaron en la película y "retirarán" al personaje por obvias razones, que para mi es como que lo maten, pues). 

Bueno, el punto es que yo soy la llorona. No tengo un hijo perdido (o muerto, no sé #ignorante), ni bata blanca, ni pido la cola en las carreteras, pero soy la llorona, lo juro (¿o esa es La Sayona? ¡Bueh!). No me inviten al cine a ver películas románticas, porque aunque sea cómica, voy a llorar. Llévenme a ver, no sé, Tarantino, las de Pixar, algo así... qué pena con la visita, en serio, pero no puedo evitarlo. He aprendido a llorar en silencio y a reprimir la mayoría de las lágrimas, pero cuando me descubren, como soy un poco ciega, digo "es que me llora el ojo por el cansancio". Me amo por esas excusas baratas. 

Pero en serio, a veces me llora el ojo.

PD: No soy cinéfila, ni siquiera me gusta tanto el cine. Mentira, sí me gusta, pero no tengo con quién ir. Invítenme.

julio 12, 2014

Valor

Qué triste, Carlos... ni una carta.
Yo que te escribí tantas, y tú no pudiste dejarme ni una nota en la nevera.
Que te ibas, que nos dejabas aquí... solas... no entiendo.
¿Acaso no te importamos? Tu hija no ha parado de llorar.
Ella no lo entiende, yo no sé si estoy tratando de justificarte.
Siempre fuiste obstinado, pero esta vez te pasaste...
Te empeñaste en mantener y aumentar todos nuestros bienes. 
Siempre me opuse a esa manía tuya de aferrarte a lo material.
Y ahora, te fuiste y no te llevaste nada...
¿es que acaso el carro valía más que tu vida?

julio 09, 2014

Divagando antes de dormir

Se me ocurren mil ideas para escribir justo cuando no puedo escribir por estar full con otras cosas, odio eso. Te odio, mimisma escritora imprudente. Aprende a inspirarte cuando puedas escribir.
Me he sentido excesivamente feliz desde que me corte el cabello cortito, cortito, modo niñita buena. O quiero creer que es por eso, no sé.
También me he sentido muy libre de un tiempo para acá. Me di cuenta que si ayer.
No tengo tema de tesis y tengo que entregar el anteproyecto que si mañana. 
Me gusta decir y escribir "que si" tal cosa. Se dieron cuenta, ¿verdad? :)
Intento estar triste porque muchos de mis amigos se van del país, pero no puedo. O sea, en verdad me voy a quedar un poco sola (sí, más), pero estoy muy feliz por ellos.
He sido tan feliz en estas últimas semanas que me da miedo. Gafa, pues.
Cada vez estoy más ciega. Ni siquiera me sé la fórmula de mi propia ceguera. Astigmatismo, hipermetropía, igual ya no veo un coño con estos lentes.
A veces me quiero ir del país. Otras veces no. Ya no sé cuáles son mayoría.
Me da risa todo. Ando riéndome por la calle cada vez que recuerdo cualquier cosa. O cuando me imagino escenas que podrían pasar o no. O cuando escucho una canción que me recuerda algo o que dice algo que me llama la atención. Me da risa todo. Esto también me da risa.
Debería estar durmiendo o empleando este tiempo en hacer trabajos que tengo que hacer, pero a esta hora no me importa mucho "perder" el tiempo.
Tengo que quitarme la pintura de uñas y pintármelas de nuevo.
Me estoy volviendo adicta a la cuenta Twitter de Abbie. Tengo que si 10 seguidores y sigo como a 20 pendejos, pero igual amo estar allí, leer cosas lindas... de verdad es mi cuenta de desconexión de la realidad, mi burbuja, pues. No me sigan.
Puedo decir que pasé dos días escribiendo este post (empecé a las 11:55 o algo así).
Una de mis tantas manías es escribir la hora de inicio y de término de mis escritos. Solo en mi diario, aquí me da muy lo mismo. Creo.
A veces creo que Abbie vuelve... y es muy hermoso.
Sé que ya lo he dicho, pero Abbie es lo mejor de mi misma. La amo demasiado. En serio, la cuido como si realmente existiera fuera de mi. Sí, necesito un psicólogo, déjenme en paz.
Ya es hora de dormir.

julio 03, 2014

Decepción y remordimiento.

Decepción.

The great escape - P!nk

¡Maldita sea! Dijo para sus adentros cuando lo vio de espaldas tomando fotos en aquel jardín. Hacía más de un año que no se hablaban, aunque se veían regularmente y cruzaban miradas indiferentes o de odio, según el ánimo de cada quien. Samuel se volteó y por un segundo sus miradas se cruzaron. ¡Maldito! Pensó mientras volteaba hacia otro lado. Por el rabo del ojo lo vio acercarse y decidió sentarse en la grama. Justo tres minutos antes, sus amigas habían ido al baño y ella decidió quedarse a mirar el atardecer que, desde ese jardín en particular, se veía espectacular. Cruzó las piernas en forma india (nunca entendió por qué esa posición se llamaba así) y puso su cartera en el hueco que se formó entre ellas. Se apoyó con las manos hacia atrás, de modo que podía ver el cielo. Samuel la saludó y se sentó a su lado. Ella lo miró, desconcertada, con una especie de odio e intriga a la vez. -Quiero pedirte perdón, Andrea. Ella suspiró hondo y le respondió con un sonido de duda (Uhmm... o algo así). -No, en serio. He reflexionado muchísimo, de verdad tú no merecías que actuara como lo hice, no merecías que te tratara tan mal y en serio me gustaría que habláramos. Después de todo, hay que quedarse con lo bueno, ¿no? Tú y yo estábamos bien juntos... -¿Qué? ¿La puta de turno te dejó? Me imagino que sí... digo, porque para que armes este show... -Andrea, estoy hablando en serio, por favor... -Por favor te pido yo a ti, amigo. Nos hemos ignorado por más de un año, porque no me vengas a decir que no nos hemos visto... todavía tienes cosas mías que ni siquiera quisiste devolverme y, de un día para otro, te arrepentiste y quieres que mejoremos una relación que murió cuando, justamente de un día para otro, como hoy, decidiste que yo no era una persona digna de permanecer en tu vida, ¡vete a la mierda, Samuel! -Yo jamás dije eso, Andrea... -No, jamás dijiste nada, que fue peor, lo que debería agradecerte porque alimentaste mi imaginación... si le preguntas a mis amigos, y a los tuyos que también son bastante chismosos, todos tienen versiones diferentes de por qué "terminamos". Ni siquiera tuviste las bolas de terminar conmigo, Samuel, ¿de verdad crees que me coma el cuento de que te arrepentiste de tratarme como a una indigente que llegó a pedirte real y la rebotaste? ¡No me jodas! -Pues créeme o no, no me importa, lo último que pretendía era volver a ser lo que fuimos, solo quería pedirte perdón y que supieras que de verdad me arrepentí. Sabes lo que significa para mi pedir perdón, sabes que prefiero ofrecer disculpas, así que juzga tú o no lo hagas, me da igual, ya veo que sigues siendo la misma de siempre. -Claro que sí, a diferencia de ti. No voy a llevar tu carga otra vez, Samuel, no dejaré que tus culpas caigan sobre mi espalda de nuevo. Está bien, te creo... pero no sé si pueda perdonarte ahora, necesito tiempo, y lo digo en serio-. Alzó la vista al cielo y sintió frío. Su teléfono sonó. Cerró los ojos por un minuto para refugiarse en el silencio de la oscuridad. Abrió los ojos. Samuel no estaba. En su lugar, la ventana le dio la bienvenida al mundo real. El reloj marcaba las 4:21 de la madrugada. Había despertado. ¡Maldita sea! Le dijo al silencio.

Remordimiento.

Clocks - Coldplay

Caminaba por una avenida cuando la vio del otro lado. Cruzó corriendo, sin ver que casi cambiaba el semáforo en su contra, hasta quedar detrás de ella, a trescientos metros o más. Sintió nervios. Alargó la mano, pero no la tocó. Evidentemente, porque estaba muy lejos. Metió la mano izquierda en el bolsillo del pantalón y alzó la derecha con intención de saludarla. -¡Andrea!- gritó. Agitó el brazo. Ella volteó. Entrecerró los ojos. Se tocó la cabeza y bajó sus lentes al nivel de la nariz. Hizo un gesto de reconocimiento y se acercó. Él estaba paralizado. -Ah, Samuel, hola... tanto tiempo...-. Cinco años. No podía creer que estaba delante de ella cinco años después y aún sentía la misma taquicardia. -¿Cómo estás? Digo, ¿cómo has estado todo este tiempo? -Bien, la verdad, no puedo quejarme. Estoy de visita, hace tres años que me mudé...- comenzaron a caminar. -Pero eso es bueno, ¿no? Era lo que querías. -No mucho, quería mudarme de casa, no de país... -Ah, ¿en serio te fuiste? Pensé que todos decían eso porque no querías que supiera de ti... -No, en serio... y créeme, no fue por ti, ahora que lo veo en perspectiva, te perdoné más o menos una semana después de la última vez que hablamos, si a eso se le puede llamar hablar. El problema es que me siguió doliendo por más de un año, tú sabes, cosas de escritores, nos regocijamos en el sufrimiento y sacamos algo de provecho, ja ja ja... -¿Eres escritora? -Al menos lo he intentado un par de veces y no me ha ido tan mal. De todas maneras, en Montevideo sí estoy trabajando de Arquitecto, hay que darle uso al título, ¿no? -Oye, Andrea, desde hace un tiempo he querido pedirte perdón... no sé si es la manera correcta, sabes que no soy bueno para hablar de este tipo de cosas... pero he pensado mucho en esto, fui muy injusto contigo, no te merecías tanta indiferencia de mi parte, tanto odio sin fundamento... me he arrepentido profundamente de haberte alejado de mi vida. No diré que fuiste la mejor, pero sí una de las personas buenas e irreemplazables que tenía en mi vida y, sinceramente, no sé por qué hice que te alejaras de mi...-. Ella se detuvo. Lo miró fijamente y sonrió. -¿Quieres tomarte un café?- dijo, abriendo la puerta de un local. Se sentaron en la mesa más próxima a la puerta, quizás adrede. Ella pidió un marrón claro. Él solo pidió agua. -Samuel, ya te lo dije... te perdoné hace mucho tiempo, dejó de dolerme también hace mucho tiempo... he escrito mucho sobre mi vida, contando mis historias con otros protagonistas... me quedé con lo mejor de nuestra relación, olvidé todo lo que me hiciste. Antes, cuando pensaba en eso, intentaba ponerme en tu lugar y lograba odiarme un poco, así como tu me odiaste, creo que por eso te perdoné. Yo sé por qué me alejaste de tu vida, y sé que tú también lo sabes, solo que no quieres aceptarlo, tienes miedo, como siempre lo has tenido, de tus propios sentimientos... -Andrea, yo te amaba... no sé cómo, pero sé que te amaba... -Lo sé, Samuel, y ya encontraste la certeza de tu duda... "no sé por qué hice que te alejaras de mi..." -lo remedó- ...fue el miedo a entregar todo lo que tenías dentro, a derrumbarte delante de mi, a dejarme quererte como yo quería y sabía que podía quererte, a quererme sin condiciones, sin excusas, sin reservas, como sé que querías quererme... reprimiste al amor... -Me arrepiento muchísimo, Andre, de verdad, no sabes cuánto... estos cinco años los he vivido tranquilo, diría que hasta feliz, pero con esa espinita dentro... aprendí a vivir con eso... pero de verdad necesitaba hablar contigo, saber que no sentías rencor, eso me estaba matando por dentro-. Suspiró. Miró el vaso de agua que sudaba el frío del hielo. Lo tocó. Sintió cómo sus dedos se humedecían. Escuchó un ladrido. Cerró los ojos y se refugió por un minuto en la oscuridad de sus párpados. Abrió los ojos. Andrea no estaba. En su lugar, Aaron le dio la bienvenida a la realidad lamiéndole la mano que sobresalía de la cobija. El reloj marcaba las 8:36 de la mañana. Había despertado. ¡Qué malditos son los sueños! Pensó.

mayo 16, 2014

Confesión #6

Creo ciegamente en que todos tenemos un "pozo del amor". Ese pozo se llena y se vacía dependiendo de a cuántos quieres y cuántos te quieren a ti... hay gente que te llena el pozo y gente que lo vacía, por supuesto. A veces la misma gente que lo llena puede vaciarlo, porque no queremos ni nos quieren 24/7, hay días en los que detestas a esa persona que te hace feliz el resto de los días... es así, es ley de vida, es normal para mi. Todos alguna vez hemos pasado por eso.

Hay otras cosas que llenan el pozo: la música, las cosas que te gusta hacer, lugares a los que te gusta ir, gestos, instantes... y otras cosas que vacían el pozo como las peleas, uno que otro recuerdo, malos ratos inevitables del día a día, cosas así. Además, SIEMPRE se sabe cuándo el pozo se está llenando o vaciando, del mismo modo que sabemos quién lo llena y quién lo vacía, aunque nos hagamos los locos... 

Creo ciegamente que, a pesar de que hay factores externos que intervienen en nuestro pozo, somos nosotros los que decidimos cuánto se llevan de él... obviamente, también somos llenadores o vaciadores del pozo de los demás, así que hay que aprender a administrar. No dejemos que otros abusen, pero tampoco abusemos... todos queremos / necesitamos el pozo lleno. ;)

PD: Últimamente mi pozo está siendo llenado por la música y vaciado por recuerdos [entre otras cosas]. Este post es una prueba de que prefiero que siga pasando lo primero.

abril 29, 2014

Un lustro de compañías, ¡Salud!

Beatriz escribía en negro. Escribía de despedidas, adioses, hasta.nuncas... escribía de desamores, despechos, derrumbes... me gustaba leer sus escritos porque era seguro que en alguna de sus líneas definiría una parte de mi vida [de antes o de ahora]. En ella encontraba citas, oraciones perfectas que me decían algo, aunque casi nunca escribí nada al respecto. Usé Google Reader hasta que lo eliminaron [duro golpe a los lectores tipo yo] y siempre lo abría con la esperanza de encontrar un escrito más de Beatriz. Ni recuerdo cuándo "la olvidé", pero hoy me enteré que su blog fue "removido"... lástima, era uno de los mejores. Sin conocerla y ella sin saber la veracidad de todo lo que he escrito aquí, la consideraba una amiga virtual. Espero que le esté yendo bien. ¡Salud, Bea!

***

Verónica escribía en rojo. Ella es mi referencia real de esa fantasiosa Anastasia Steele, aunque no se comparen ni de cerca. Por supuesto, ella existe desde muchísimo antes de que las sombras de Mr. Grey pensaran siquiera en ser plasmadas en una hoja. Al principio, creí que se trataba de investigaciones, de cuentos de otras... mi ignorancia no me dejaba aceptar que era ella, era su vida, sus experiencias. Su mundo me parecía ajeno, extraño, excéntrico, hasta una locura. Luego, cuando el porcentaje de inocencia e inmadurez fueron descendiendo, comprendí que la vida no tiene un solo tono de color, lo acepté y lo asumí. No recuerdo cuándo fue la última vez que la leí, pero quiero pensar que siguió siendo feliz con su amo. ¡Salud, Vero!

***

Me acabo de enterar que Diana se llama Diana, la que escribe en azul y letras de máquina de escribir. Para mi, la venezolana que se fue a vivir a Argentina antes de que la emigración estuviera "de moda" y lo contaba -casi- todo en sus escritos "como si a alguien le importara", con una elocuencia que envidiaba [creo que no hay envidia sana, pero créanme, en realidad era envidia sana] y con esa pasión con la que quisiera vivir mi vida [no he decidido ponerle corazón al asunto]. Diana sigue escribiendo y yo la sigo leyendo, y espero crecer como lo ha hecho ella en sus escritos. ¡Salud, Diana!

***

Andrea escribe multicolor. En su blog puedes encontrar historias de todo tipo, confesiones [de ella copié las que intento hacer cada cuánto], mentadas de madre y sobre todo, avances de su vida, como en este humilde (JAJA) espacio. Ella es otra de las que, sin conocerla personalmente, le conozco la vida y probablemente en la 1.0 la odiaría mucho por pura envidia o ella me odiaría a mi por ser tan stalker de sus asuntos, pero me encanta leer que le va bien y se disfruta el mundo. ¡Salud, Andre!

***

Sofí "muchas P" -como la llamé a veces- escribe en "shining lines" gracias a mi visión distorsionada y el título setentoso de su blog. De ella copié lo del aprendizaje del 2013, ¿se acuerdan? JA! Bueno, lo cierto es que Sofi le escribe intensamente a todo(s) y eso me encanta porque así quisiera escribir yo. Lo principal que puedes aprender leyendo a los otros es sobre la escritura. Gracias por algunas inspiraciones y, ¡Salud, Sofi!

***

Elena y Kira deben ir juntas. Ambas escriben en una especie de blanco y negro. A una la conocí por la otra, no me pregunten cuál por cuál, pero a ambas las conocí gracias a Myself que escribe en gris. Lo cierto es que me encantaba leerlas a ambas: sobreviviendo a Caracas y superviviendo a Sapporo [entre otras ciudades], respectivamente. Eso era antes, por supuesto, hoy es otra historia y qué buenas historias. ;) ¡Salud, Ele! ¡Salud, Kira!

*** 

Acabo de cumplir un año más de vida y creo que jamás le he celebrado el cumpleaños a este espacio que ya suma un lustro [fue el mes pasado] y todas estas mujeres -y otros demonios- me acompañaron desde que escribía como una tarada hasta que entendí que la buena escritura [que no ortografía, porque siempre he tenido buena ortografía] es la mejor presentación. Hasta hoy, que no escribo casi nada pero lo leo casi todo, porque también es bueno leerse [y escribirse] después de tanto aprendizaje [banal, sentimental, etc.] ...después de crecer. 

Hoy leo otras mentes, otras anécdotas, otras vidas, sin olvidar quedarme con lo mejor de cada lectura, de cada espacio en el que me "entrometo", como siempre he intentado hacerlo aquí y en la uno.punto.cero. Hoy celebro el cumpleaños de este blog con la compañía que tuve mientras lo escribí y con el deseo de que todas esas mujeres -y los otros demonios- sigan comiéndose el mundo como creo que lo hicieron, cada una a su manera, desde que las leo.

Hoy -como siempre- hay mucho que decir pero pocas ganas de decirlo, quizás porque ya pasó el tiempo de contar todo lo que siento y llegó la hora de contar todo lo que creo que sienten los demás. Escribir es mi meta pero no escribir de mi es uno de los objetivos. Espero lograrlo cuando empiece a intentarlo, como si fuese inmortal: siempre postergándolo todo.

Por los 5 años de escritura que están plasmados aquí y por los que vienen... ¡Salud, Abbie!

abril 13, 2014

Instante no tan mágico

Era un día cualquiera de colegio, salvo porque nos habíamos jubilado. Estudié en un colegio privado donde el horario impedía que saliéramos del recinto, es decir, jubilarse propiamente dicho, no era posible: nos salíamos de clase y andábamos por los pasillos del colegio... podría parecer estúpido, dado que no implica vivir aventuras adolescentes en la ciudad; sin embargo, esa mañana pasó algo lindo.

Teníamos una psicóloga en el colegio que, a mi modo de ver, tenía más problemas que nosotros. Me incluyo, aunque nunca entré a su cubículo más que para escuchar sus problemas, la verdad creo que era un poco inmadura, pero me daba igual porque las veces que "nos jubilábamos" nos refugiábamos allí. Estábamos en la era de los mensajes de texto, allí podía hablar con él sin temor a ser descubierta por algún profesor.

Ella estaba saliendo -o algo así- con el papá de un alumno de noveno grado (yo estaba en segundo de ciencias, es decir, quinto año de bachillerato) y creo recordar que se acercaba una fecha importante o simplemente quería hacer algo fuera de lo común, en realidad no recuerdo muy bien cómo llegamos a la idea: llamaríamos al "homenajeado" por teléfono y le daríamos una serenata, era perfecto: Ramón en la guitarra y yo la "maravillosa" voz. Para ese tiempo, yo era soprano en la coral de la Procter & Gamble, por lo que supongo que mi voz sonaba muy bien (o por lo menos mejor que ahora). No le diríamos de parte de quién, dado que ella quería ver su reacción cuando se lo dijera.

Cuando atendió el teléfono, escuché una voz gruesa, de hombre interesante... le pregunté si era Fulano y respondió afirmativamente, a lo que respondí que teníamos un encargo para él y que por favor no colgara mientras cumplíamos. Iniciaron los acordes y a los tres segundos comencé a cantar: "Cuando sientas tristeza que no puedas calmar, cuando haya un vacío que no puedas llenar...".

Al finalizar la canción, Fulano me agradeció con la voz temblorosa añadiendo halagos a mi voz. La psicóloga había presenciado la escena y escuchado todo en altavoz, estaba muerta de nervios y algo parecido a vergüenza. Nos dijo que en la próxima salida le diría que fue ella y nos contaría con pelos y señales lo que él le dijera y su reacción al respecto.

Era la mañana de un lunes cuando ella nos sacó del salón: llegamos a su cubículo y se le veía decepcionada, triste... no lo sé, sinceramente no entendí para qué nos mandó llamar. Comenzó diciéndonos que había salido ese fin de semana con Fulano, y que él le contó con emoción que le habían dedicado una canción por teléfono esa misma semana. Antes de que pudiera revelarle quién había sido la autora intelectual, él le dijo que Sutana se había excedido con ese gesto, que fue muy lindo... bla, bla, bla... otra mujer se adjudicó el crédito que le pertenecía a la psicóloga de mi colegio. Casi me da un infarto.

Le dimos muchas ideas de cómo desenmascarar a la ladrona, que debíamos volverlo a llamar y decirle la verdad, que Sutana no tenía como comprobarle que había sido ella, en cambio nosotros sí... perdimos nuestro tiempo y nuestras palabras, creo que ella se resignó a "perder" la batalla (o la guerra). No entendí por qué, pero ese día supe que hay personas que se regocijan en sus desgracias y ese es un triunfo mayor que luchar por su felicidad... mayor que ganar. Hay personas sin escrúpulos en el mundo y personas que se dejan joder fácilmente. La psicóloga de mi colegio era de las segundas, definitivamente.

abril 03, 2014

Confesión #3, #4 y #5

No consigo tiempo para escribir [o no quiero conseguir tiempo] así que esto será una especie de recopilación de confesiones de los últimos meses...

Me reconcilié con el catolicismo. Algo así.

Seis meses me duró la crisis, ¿para qué voy a buscar lo que no se me ha perdido? Entendí que no tengo que estar totalmente de acuerdo con "las autoridades" ni con mis hermanos [de la religión] siempre que esté en paz conmigo misma y sepa que lo que hago y pienso está bien [o que por lo menos no daño a nadie], que no tengo que ir a la iglesia para hablar con Dios y que todo lo que hago siempre tiene un poquito de catolicismo, está en mi, ¿qué hago? Ahora, sigue en pie aquella lista de lo que sí creo [menos el punto 6, supongo que me dejé llevar por la sociedad ¿?], lo que me aleja del fanatismo religioso, que considero algo bueno... eso es todo, por ahora.

Soy una pseudo escritora mediocre. Eso ya es bastante decir.

Tengo un montón de ideas para escribir y no escribo nada. No llevo libretas ni lápices en mi cartera a diario, de vaina el kindle para leer y el teléfono -que no puedo sacar cruzando una calle para escribir una idea, algo que tampoco puedo hacer con la libreta- para que me localicen, porque en lo que a mi respecta, no me apetece localizar a nadie. Lo siento, esta etapa de mi vida es eremítica. He dedicado mi tiempo libre a leer [libros y Twitter, coño, no me juzguen], y debería tener un cuaderno, una hoja, algo donde pueda plasmar mis ideas según vaya leyendo, pero no... no sé qué me creo, la verdad. Por este camino no voy a poder inmortalizar mis grandes ideas. [JAJAJA ok no].

He practicado la estupidez desde enero de este año hasta nuestros días...

...quizás desde antes, pero bueno, dicen que los venezolanos somos de memoria corta. El punto aquí es que, por más que pienso, no olvido. Explico: mi consejo a todos los que "sufren" por alguien es "piensa en esa persona cada vez que quieras hacerlo, no te cohibas, tu mente en algún momento se cansará, se quedará sin recuerdos, sin instantes, sin eso bonito que tenías o creías tener..." bla, bla y BLA... amigos, les confieso que eso no es tan efectivo como creí... o es que mi mente traicionera no se cansa o es que viví muchas cosas que considero bonitas, pero NO SE CANSA. Es horrible seguir tus propios consejos. Pero nada, dicen que se necesita la mitad del tiempo que pasaste con alguien para olvidarlo... así que, sacando cuentas, me restan unos 9 meses y medio... un embarazo, pues.

Aprendí a no arrepentirme. Más bien a agradecerlo todo.

Esto no cuenta como confesión en sí, sino como extensión [o la redacción seria] de la confesión anterior: me di cuenta que siempre caigo en lo mismo -en lo que a sentimientos se refiere-, por lo que decidí darle la vuelta: en vez de preguntar "¿por qué?" y darme golpes de pecho, decidí agradecer a Dios, cada vez que puedo o recuerdo, por las personas que ha puesto en mi camino, por las que se fueron, por las que boté, por las que se quedaron y las que se devolvieron y por las que simplemente cruzaron en la primera esquina. Lo agradezco porque sé que no todos tomamos el mismo camino, que en ciertos tramos vamos acompañados de uno, dos o más personas pero que otros tramos nos toca solos, que no es más o menos difícil, que lo vemos así porque no tenemos con quien compartirlo o tenemos muchos "distractores", respectivamente. Todas las noches sonrío por los buenos momentos, y esto lo escribo con un nudo en la garganta porque debo decir, en honor a la verdad, que también lloro porque sé que no volverán. No es el fin del mundo, lo sé, como también sé que viviré muchos más y mejores momentos de lo que he vivido hasta ahora, pero como dice Sara Bareilles en el himno que adopté: "I'll be alright, but just not tonight..."

Los amorosos andan como locos 
porque están solos, solos, solos, 
entregándose, dándose a cada rato, 
llorando porque no salvan al amor.
Los Amorosos
Jaime Sabines

marzo 16, 2014

Instante mágico #2

Como muchas otras tardes de ese año, estaba esperando... ya todos se habían ido y yo, con uniforme de deporte, acompañada de mi bolso y unas cuantas hojas de árboles, estaba sentada en la acera de mi colegio, esperando... más hojas caían de los árboles, los carros pasaban y ninguno se detenía y comenzaba a lloviznar... cerré el libro que estaba leyendo para que no se mojara y, con las primeras gotas de lluvia se asomaron también gotas en mis ojos... otra vez lo mismo de siempre... 

Un carro vinotinto cruzó en la esquina e hizo cambio de luces... es él... me sequé las lágrimas rápidamente y menos mal que lo hice... si redacto alguna conversación aquí, estaría mintiendo porque no lo recuerdo... no era él (nunca fue él) y no tenía excusas creíbles para estar allí a esa hora, pero a ellos no les importó, me invitaron a montarme en el carro y me llevaron a su "tarde de hombres" en casa de uno de ellos: videojuegos, cervezas (o cualquier otra bebida, tampoco lo recuerdo), música, y la verdad hoy agradezco con la vida que me hayan hecho parte de todo eso...

...aunque ellos ni se enteraron, esa tarde fueron mis ángeles.
Si me leen, les decíamos "Los Carlitos" en el colegio: les doy las gracias, AMIGOS.

febrero 27, 2014

Tiempos difíciles

"Quizá mi única noción de patria
sea esta urgencia de decir Nosotros"
Noción de patria. M.B.

Son tiempos difíciles
para escribir un poema
pero en los últimos días
no rendirse es el lema.

Son tiempos difíciles
para repartir amor
pero a pesar de todo[s]
ese es mi clamor.

Son tiempos difíciles
para regalar sonrisas
pero creo sinceramente
que debe ser la premisa.

Son tiempos difíciles
para escribir un poema
sin embargo, aquí está
porque no rendirse es el lema.

enero 30, 2014

Parar el mundo

"Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir 
de él para mejorarte y mejorarlo. En ese tiempo debes intentar
que nadie ni nada te cree problemas. Alimentarte de buena literatura, 
de buen cine y, sobre todo, 
de la conversación de una única persona que te inspire 
en este mundo ".
George.

"George me advirtió que se necesitaban dos personas para
parar el mundo. Que uno solo jamás tiene fuerza 
suficiente para detenerlo."
Dani.

"...contigo tenía la fuerza suficiente."
                                              Yo.

"Si me dices ven, lo dejo todo... pero dime ven."
Albert Espinosa
Fragmentos.

enero 15, 2014

Instante mágico #1

Estábamos en la playa, dentro del agua... hablábamos de todo y de nada a la vez... protegíamos piedritas y caracoles dentro de un vaso plástico como tesoros invaluables, tesoros que habíamos escogido en la orilla. Hoy cierro los ojos y puedo volver a ese momento, tener frente a mi la inmensidad del mar confundiéndose con el cielo, ver su espalda...


...y sentir la misma paz.

enero 02, 2014

2013 *cliché*

Aprendí un nuevo idioma. More or less... JA!
Empecé un postgrado. Y planeo terminarlo.
Leí más de lo que escribí. A veces es necesario.
Compré más libros de los que leí.
Rumbeé menos de lo que solía hacerlo.
Bebí menos alcohol de lo que rumbeé. O eso fue en el 2012.
Escribí sobre vos.
También escribí sobre ti.
Fui cursi con alguien. Y no me arrepiento.
Sonreí más de lo planeado.
Adquirí nuevas manías.
Me alegré del mal ajeno. Iré al infierno.
Salí del país sola por primera vez. Sola sin familia, quiero decir.
Perdí a un amigo. Acciones. Decisiones.
Perdí dos familiares. La vida. La muerte.
Conocí -mejor- a gente maravillosa. Y a gente no tan maravillosa.
Me enamoré de Rio de Janeiro. No lo demostré.
Besé... no, me besaron.
Extrañé.
Amé.
Odié.
Lloré.
Aprendí.
En general, la pasé bien. Es lo importante.

Me siguen los buenos