junio 17, 2017

Tres

Estuve desconectada del mundo en Netflix por el tiempo que sea que duren tres películas. No pretendo detallarlas, solo diré lo que sea pertinente para los efectos de este post. Fueron tres películas románticas, lo que Hollywood califica como "comedia romántica", y la última me hizo reflexionar respecto a mi ciclo de vida hasta ahora; primero, porque era una película sobre escritores que se enamoran, y segundo, porque en esa película actuaron las dos protagonistas de las películas que había visto antes. Fue muy raro descubrirlo (porque una de las películas era muy vieja y la actriz creció para la última). Pero a lo que intento referirme es que probablemente ese ciclo de películas de hoy es como ha pasado mi personalidad en la vida.

Recuerdo ser una chupeta de ajo desde que vine al mundo, me parece que no tenía ni puta idea de qué era el amor, la amabilidad, las sonrisas, me daba miedo ser feliz, supongo, en realidad ni siquiera me acuerdo porque era una niña y solo odiaba todo y no recuerdo por qué. Luego empecé a hacer amigos. Mis amigos -aunque no todos han sido los mismos durante toda mi vida- son las personas que me han mantenido en pie aunque ni siquiera lo sepan, los que me han hecho sobrevivir y creer que el amor está en todo y todos, mis amigos son mi vida. Y sí, a veces uno jode a la vida, uno olvida dedicarle tiempo a la vida, de vez en cuando hasta odias tu vida, pero al igual que uno decide cómo ser y vivir, en las amistades, a pesar de tantas turbulencias, uno decide mantener el amor. A menos que decidiste mal y tu amigo sea un maldito al que tengas que sacar de tu vida, pues. Pero no es eso de lo que hablo.

A partir de mis amigos, digamos que me volví muy... sociable, tanto que lo fui hasta con gente con la que no debí serlo, en "sitios" que ni siquiera debí visitar en primer lugar... y fueron años "oscuros", años de mierda que me convirtieron en una refugiada dentro de mi propio cuerpo, una prisionera de lo que no quería sentir, o más apropiado, de lo que quería evitar sufrir. De manera que me volví una persona "fría", sarcástica, "odiadora" pero en un sentido distinto a cuando era niña... construí una armadura que le impidió a todos hacerme daño... y también les impidió quererme.

Y hoy, al ver todas esas películas y terminar con la unión de las dos protagonistas en la última, me quedé pensando en que probablemente estoy en esa etapa de mi vida a la que acabo de pensar titular "la tercera parte", donde intento combinar y hacer convivir a la vez a esa persona amorosa y sociable con esa persona fría y sarcástica. Una vez escribí que tuve que separar (aislar sería más adecuado) a mi lado romántico de mi misma para salvarme, y que no sabía como volver a ser las dos a la vez; en ese momento no sabía lo perdida que estaba dentro de mí misma y lo alejada que estaba del mundo que me rodeaba. Hoy noto el panorama algo más despejado, porque dicen que la tercera es la vencida y siento que voy por buen camino. Y me alegra que así sea.

En estos días un amigo me dijo que me ahogaba en un vaso de agua... y yo le dije que quizás es que pienso demasiadas gûevonadas. Este es un ejemplo.

Sonrían, los estoy viendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me siguen los buenos