noviembre 21, 2016

Cinco

No sé hasta cuándo caeremos en el mismo hueco.
Es como un deja vu: esto ya nos ha pasado antes.
Y seguimos.

La vida es un m a l d i t o círculo vicioso, todo el mundo lo dice (y lo advierte), pero somos tercos y necesitamos comprobarlo por nosotros mismos.

Creo fervientemente que la vida te repite la lección hasta que la aprendes.
Creo que la vida sabe que no he aprendido la lección.
De manera que aquí estoy.

Hay algo diferente, pero básicamente es lo mismo.
Pero la buena noticia es que estoy enfrentando el demonio interno (que soy yo misma)...
Por lo menos lo estoy intentando, con resultados un poco distintos.

Ya veremos.

noviembre 04, 2016

93

He sobrevivido tres meses fuera de casa.
Fuera de “mi zona de confort”.

Ayer fue el cumpleaños de mi mamá y estuve súper bipolar, lloré y me reí en la misma proporción, soy una persona extraña.

Hace dos noches pensaba “qué coño hago aquí en vez de estar con mi gente en Venezuela” y “por qué mierda nos tocó vivir esto y no otra cosa…” y quiero pensar que no soy a la única que le pasa de vez en cuando. Igual es una mierda pensarlo porque no resuelves nada, pero ajá.

Lo cierto es que lloré como no lo hacía desde que me vine (incluso más, porque cuando me vine no lloré tanto)… y desperté llorando, felicité a mi mamá llorando, lloré el resto de la mañana. Luego salí a pasear y me reí, disfruté, tomé fotos, etc., etc., y en la noche me senté a escuchar música y recordar y reír y llorar a la vez. Fue todo muy raro.

Por alguna razón siempre he pensado que soy una persona fuerte, pero sinceramente -y es lo que me digo para sobrevivir a los momentos de crisis- no siempre se puede ser fuerte. Hay momentos en los que necesito drenar, soltar toda la mierda, descargar emociones, desmoronarme, caerme… y con todo eso, dejar espacio para la energía que necesito para continuar. Porque hay que seguir, siempre.

En estos tres meses he aprendido el valor de una sonrisa y de un día de sol, de conocer gente (y no odiarlos) y que te digan “yo tampoco tengo fuerzas, pero sigo remando para no ahogarme” y agradecer ser parte de “algo”. He aprendido que “puede ser peor” también es una forma de ser optimista y de darme ánimos a mi misma. He aprendido a tener metas a corto y mediano plazo y pensar que necesito un plan de vida… estoy saliendo de la base de la pirámide de Maslow

Lo más importante que he aprendido es que puedo hacerlo sola y que sí, es más fácil cuando estás rodeado de gente que te apoya y “te hace barra”, pero no siempre hay barra para tus días de mierda, que son los días en los que más se necesita. Y como dirían en Twitter “es bonito y está bien”. Pretendía decir que “los días de mierda” son mayoría, pero la realidad es que depende de cómo te lo tomes. Por ahora, me lo tomo con ron y birras.

En fin, que la vida es dura, amigos, pero se ablanda con amor. #AbbieQuotes

marzo 15, 2016

23:50

Y pasa. Sé que pasa. Lo superas o crees que lo superas, y sales y te diviertes, compartes, te ríes y sonríes (que son cosas diferentes) y te tragas el cuento de la paz mental y la tranquilidad y el "así estoy mejor". Pasa, por supuesto que pasa, nada en la vida es eterno, todo es efímero y demasiado breve y nunca queremos aceptarlo, y continuamos en ese círculo vicioso que es la búsqueda de algo que no sabemos qué es para que llene el vacío que nos pesa de a ratos quién sabe en dónde. Es raro, pero pasa. Estamos bien un segundo y al siguiente algo pasa, siempre pasa "algo", como un tranvía que nos acerca y nos aleja los recuerdos, y más que los recuerdos, las sensaciones de esos momentos, y crees que no volverás a sentirte igual con nadie más y te preguntas qué pasó, qué hiciste para que todo acabara, pero no hay explicación porque eso también pasa, que se van, se alejan y "te dejan" en un limbo extraño del que no sabes cómo salir porque ni siquiera recuerdas cómo llegaste. Pero pasa, te aseguro que pasa. Y llegas a creer que no lo recuerdas y comienzas a considerar crear -o reemplazar- recuerdos y pasa "algo" que es como un agujero negro, una máquina del tiempo que te regresa a un momento similar, una escena de tu vida que creíste olvidada y es como un deja vu y piensas que esta vez va a ser como aquella otra vez y aparece la predisposición, maldito mecanismo de defensa que hace que alguien más pague los platos rotos que no compró y mucho menos disfrutó (está de más decir que tampoco los rompió). Pero pasa. El tiempo pasa y el tranvía en cada viaje va trayendo menos carga, pesa menos verlo llegar, hasta vuelves a sonreír, con nostalgia y tristeza pero sonríes y sabes que pasa o crees que pasa y lo entierras en el foso de tu mente hasta que algo lo devuelve al presente y te imaginas "qué pasaría si..." y entonces dejas de tener la certeza de que pasa y todo se reduce a una creencia, a un mito, a una esperanza de que pasa. Pero pasa, creo que pasa. No sé si realmente pasa, pero quiero creer que sí. Porque la gente sigue viviendo, el tiempo sigue pasando y tú no pasas, tú no me recuerdas o acaso nunca me olvidaste, pero ¿qué puedo saber yo? En la vida la única certeza es la duda y también la muerte y tú nunca fuiste ninguna de las dos. Te quería aunque muy pocas veces te entendí y sé que pasarás, como pasó Fulano o Mengano, solo debo tener un poco de paciencia y, como dice la canción "sufrir con resignación para matar el tormento". Dicen que todo pasa y yo espero que la muerte no pase por mi sin antes yo pasar por la vida.*

*Archivo. A propósito de la obra de teatro "Nosotros" basada en la historia de amor de Pedro Junco, compositor del bolero homónimo.

Epílogo


Pasa que la gente se va sin despedirse y te desorienta porque no sabes si seguirle los pasos o caminar en sentido contrario.

Pasa que la gente no se entiende a sí misma y no se sincera frente al espejo y pero pretende que alguien más los entienda y luego les explique.

Pasa que a veces el amor no es suficiente y otras veces el amor es poca cosa.

Pasa que (se) olvidan las sonrisas...

Pasa que simplemente todavía no pasa.

00:17

Me siguen los buenos