octubre 23, 2012

No lo escribo aquí

Hoy no es un buen día para escribir, es un número impar... pero ¿qué? Espero no morirme por eso, ni por el dolor de estómago tan terrible, en fin... 

He pensado últimamente que la relación rara.siperono.amistosa que tengo ahorita ha quedado muy por debajo de las otras -bloguísticamente hablando- porque he tratado de no escribir nada literal de las cosas que he vivido, no así en mi diario, por supuesto, pero sí he escrito una que otra cosa que sería fino publicar si cierto personaje no me stalkeara tanto... aunque creo que ya no lo hace como antes.

Por ejemplo, he escrito poemas... sí, aunque usted no lo crea... pero ni él los ha leído ni tengo intención de regalárselos -o leérselos- porque todo lo que escribo es mío y para mi... por ahora, no sé qué pase luego. He escrito uno que otro párrafo, una que otra carta y así varias cosas que están en mi diario y que no sé si modificarlas para poder publicar o simplemente dejarlo allí.

Lo que me ha estado revoloteando es la duda, el por qué de esa actitud y hoy lo supe: él existe... esa es la principal razón. No porque los demás no existieran, pero ya saben, cosas de la vida, él existe aquí y ahora. Además, algunas de las cosas que he escrito se las he dado a él, así que no tiene mucho sentido publicarlo aquí porque quien me interesa que lo lea ya lo hizo y lo demás [el desahogo intensity] existe en mi diario.

Creo que la razón de más peso -que no necesariamente es la principal- es que me da más miedo ser demasiado yo que el hecho de mostrarle "lo que hago" producto de lo que soy... me he filtrado muchísimo, al punto de ser la otra yo con él y que se confundan muchas cosas y ha sido un poco caótico, pero lo he sabido manejar; me explico: soy el vivo ejemplo de la mujer cursi del siglo XXI -modestia aparte- pero no lo he demostrado tanto como podría hacerlo, básicamente eso. El por qué es un poco más que obvio, y no, no pienso demostrarlo, qué ladilla, no me jodan.

El punto aquí es que las cosas que no publico y que debería publicar están en un lugar "más seguro" y quizás algún día cuando él no exista aquí y ahora o exista de manera diferente, 'optimistamente' hablando -si es que eso llega a ocurrir en algún momento, cosa que mi lado pesimista duda exageradamente-, quizás ese día publique algo... sobre todo un poema que me encantó y que ya tiene nombre... porque para mi lo más difícil de escribir un poema es ponerle un título.

Por ahora les dejo este.

octubre 09, 2012

Capítulo 1: Tolerancia

Lo intento.

Con todas las fuerzas que me permite el guayabo electoral intento mentalizarme que debo aceptar al otro, que también es venezolano, que debo respetarlo aunque no comparta su pensamiento, que es hora de dejar las diferencias a un lado y buscar esos puentes que nos unen, que luchar por el país no significa solamente salir a votar y escribir en twitter.

La mejor frase que me define hoy es "cruzo el río en una noche sin luna", cursi pero real, nada me da más miedo que el agua en la oscuridad y para mi una persona que "apoya los ideales" de Hugo Chávez es eso, incertidumbre porque no sabes qué te depara, no sabes si confiar o tener miedo, no sabes si te ayudará o te hundirá.

Hablo desde la experiencia, las personas que conozco se "refugian" en palabras [en su mayoría insultos] enunciadas por su máximo líder para referirse o defenderse de la oposición; parece que no recordaran nuestro nombre, que no nos reconocieran desde nuestra individualidad sino como un colectivo enemigo, cosa que eso también hemos hecho -y seguimos haciendo- de este lado y que estoy trabajando para erradicar en mi.

He leído muchos artículos relacionados a la unidad, a la reconciliación, a dejar de vernos como "aquel chavista" o "aquel escuálido" y buscar esos puntos comunes que nos hacen parte de un mismo pueblo que, a pesar de sus diferencias de pensamiento, puede convivir: lo decía en el post anterior, somos venezolanos y tenemos las mismas alegrías [la Vinotinto, por ejemplo] y los mismos problemas.

Justo cuando me planteo iniciar ese cambio, ese diálogo, esa reconciliación de la que tanto he leído, me encuentro con la cara de ese, mi hermano, mi compatriota, también venezolano, con una risa burlista, de satisfacción por mi "sufrimiento", esa sonrisa de "somos más que ustedes", de enemistad y odio que se ha propagado a la población desde el máximo puesto político y se ha sembrado en todos, especialmente en ellos.

Ese odio es el que hoy nos impide vernos a la cara, hablar de asuntos -buenos o malos del país con alguien que no tiene nuestra preferencia política, nos impide vivir en comunidad... es lo que nos ha hecho discutir hasta con "los nuestros" -refiriéndome específicamente a la oposición- luego de los resultados electorales, porque unos creen que hubo fraude, otros se resignaron, otros más cansados tiraron la toalla y muchas otras reacciones que quizás no conozco.

Eso es básicamente es lo primero que reconozco en ellos: a pesar de cualquier cosa que podamos decir y de las múltiples desventajas que podamos ver, ellos son un solo bloque; lo queramos aceptar o no, han sabido permanecer dentro de un mismo camino, por decirlo de alguna manera, obteniendo los resultados que esperan y es lo que nos ha faltado a nosotros: unidad, consenso, un objetivo claro y preciso más allá de única y exclusivamente sacar a Chávez, porque sí, es un objetivo, pero ¿después qué? Creo que hoy tenemos más claro qué viene después de eso y tiene nombre y apellido.

Mi solución personal es continuar, más allá de que quedó un líder opositor, tenemos que trabajar desde nosotros, iniciar el cambio en nuestra manera de pensar y de actuar ante las situaciones que se nos hacen difíciles o insoportables; sé que cuesta, en uno o dos meses no lo vamos a lograr, pero hay que empezar, humildemente, como lo hemos hecho muchos: reflexionando y pensando objetivamente, inteligentemente, actuando y haciendo actuar al otro desde nuestro ejemplo y no desde nuestro pensamiento, porque sé de muchos -y me incluyo- que van por la vida pregonando unidad, respeto, aceptación y lo primero que hacen es ofender e ignorar al que piensa diferente.

Es difícil ver y escuchar a un chavista [e insisto, no lo digo peyorativamente] burlándose en tu cara y no mandarlo a comer mierda, porque es lo que provoca y creo que al principio es lo que haré porque uno no cambia de un día para otro, los procesos son eso: una continuidad de sucesos en los que vas reflexionando y cambiando tu manera de pensar y por consiguiente de actuar, no es una inmediatez, no es un suiche que prende y/o apaga una conducta.

Poco a poco aprenderé, y es lo que me gustaría que todos aprendiéramos: a educarlos, a enseñarles con el ejemplo, a hablarles aunque me griten, a decirles por sus nombres aunque me digan "majunche", "boliburgués", "pitiyanqui", aunque esa persona no me reconozca como su igual, trataré con todas mis fuerzas de reconocerlo como persona y como venezolano más allá de su pensamiento resentido e infundado por su fanatismo hacia una persona, porque para mi eso no es ideología.

PD: Uno de los tantos nudos que tengo en la garganta, sé que vendrán más. Extenso pero necesario.

octubre 05, 2012

Reflexión.[ando]

Ayer, en el trayecto de vuelta a casa luego del trabajo, me di a la tarea de observar a cada una de esas personas -bastantes, debo decir- que paseaban por las calles vestidas de rojo de pies a cabeza, con banderas rojas, gorras rojas, zarcillos, pulseras, todo era rojo... me di a la tarea de ponerme en el lugar de ellos, hice el ejercicio que tantas veces nos dijeron en la universidad que hiciéramos "obsérvate desde afuera".

Lo que hice fue buscar semejanzas más allá de las diferencias, ¿por qué tanto odio? Los dos vivimos de cola en cola, de retraso en retraso, de escasez en escasez... los dos salimos a la calle con miedo de no volver, los dos escondemos el celular o el dinero "por si acaso", los dos sentimos que el otro es el que está equivocado...

Lo que hice fue pensar lo que quizás el otro piensa de mi, y no se me ocurrió nada más allá de lo que yo pienso de ellos... "uniformados, creyendo en un proyecto de país en el que yo no estoy incluida, que yo no comparto, idolatrando a un ser humano que no es Dios y ellos lo ven como el salvador del mundo, queriendo seguir en lo mismo..." creo que eso nos define a todos... la diferencia es el concepto que tenemos de cada una de esas frases.

Pocos piensan y toman en cuenta que el otro seguirá siendo su vecino, su hermano, su primo, su hijo, su tío, independientemente la revolución, de la cuarta, la quinta, la sexta... pocos reflexionan acerca de ello, la mayoría está radicalizado porque eso es lo que hemos escuchado y lo que hemos visto "si no estás conmigo, estás contra mi" o "hay que salir de esto como sea" y no lo entiendo... no lo entiendo porque a mi no me enseñaron a ser extremista ni radical, me enseñaron que aquello de lo que diferimos debe tener algo positivo porque, de lo contrario, no existiría y debe tener algo negativo porque, de lo contrario, no existiríamos nosotros.

Entonces, decidí escribirles esto:

Venezolano, tú que piensas diferente a mi, claro que estoy contigo, compartimos nacionalidad, problemas, espacios, idiosincrasia, cultura, pasado... por supuesto que estoy contigo. No creas que estoy contra ti y quiero aclararlo: estoy contra el odio, el rencor, el resentimiento que han querido sembrar en tu corazón y en tu mente, estoy contra la coerción que se pregona en cada esquina donde se escucha la voz de ese al que tú sigues... estoy contra la división de nuestro país.

Yo sé que tú, igual que yo, estás cansado de intentar odiarme, estás cansado del trabajo que da estar tan en contra de tu hermano, de tu compatriota, de un venezolano igual que tú, solo porque no piensa como tu lo haces... ambos estamos cansados de no permitir que el otro termine de expresar su opinión, interrumpiendo con insultos o con indiferencia... ambos queremos un mejor país, independientemente de que confiemos en diferentes personas para ello.

Yo sé que tú al igual que yo, votarás por mi y por ti mismo, aunque admitas públicamente que lo harás "por la patria"... porque sabes, en el fondo, que la patria no es un hombre ni la hace un hombre, la patria somos todos y la construimos entre todos, Venezuela no necesita a este o aquel presidente, nos necesita a ti y a mi, juntos, unidos luchando por ella.

Yo sé que tú, como yo, ama a este país de cabo a rabo y confío en que tu decisión sea pensando en el bienestar de los tuyos, de los míos y de todos... porque mi decisión la tomé pensando en ti, en los tuyos, en los míos, en el país y en una mejor Venezuela.

Quizás estoy siendo muy ingenua, muy optimista, quizás quienes lean esto sean solo aquellos que creen en lo que yo creo, porque tenemos esa desventaja: nos gusta vivir en una burbuja, rodeados de gente que piense como nosotros, hemos dejado que la intolerancia nos llene y la hemos alimentado codeándonos con gente que tiene opiniones muy parecidas a las nuestras... 

Sin embargo quiero decirte, de corazón y sin que me quede nada por dentro, sin arrepentirme, sin cambiar de opinión en un futuro, quiero decirte que 
Yo votaré pensando en ti 
aunque quizás tú no votes pensando en mi.

Me siguen los buenos