abril 29, 2014

Un lustro de compañías, ¡Salud!

Beatriz escribía en negro. Escribía de despedidas, adioses, hasta.nuncas... escribía de desamores, despechos, derrumbes... me gustaba leer sus escritos porque era seguro que en alguna de sus líneas definiría una parte de mi vida [de antes o de ahora]. En ella encontraba citas, oraciones perfectas que me decían algo, aunque casi nunca escribí nada al respecto. Usé Google Reader hasta que lo eliminaron [duro golpe a los lectores tipo yo] y siempre lo abría con la esperanza de encontrar un escrito más de Beatriz. Ni recuerdo cuándo "la olvidé", pero hoy me enteré que su blog fue "removido"... lástima, era uno de los mejores. Sin conocerla y ella sin saber la veracidad de todo lo que he escrito aquí, la consideraba una amiga virtual. Espero que le esté yendo bien. ¡Salud, Bea!

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Verónica escribía en rojo. Ella es mi referencia real de esa fantasiosa Anastasia Steele, aunque no se comparen ni de cerca. Por supuesto, ella existe desde muchísimo antes de que las sombras de Mr. Grey pensaran siquiera en ser plasmadas en una hoja. Al principio, creí que se trataba de investigaciones, de cuentos de otras... mi ignorancia no me dejaba aceptar que era ella, era su vida, sus experiencias. Su mundo me parecía ajeno, extraño, excéntrico, hasta una locura. Luego, cuando el porcentaje de inocencia e inmadurez fueron descendiendo, comprendí que la vida no tiene un solo tono de color, lo acepté y lo asumí. No recuerdo cuándo fue la última vez que la leí, pero quiero pensar que siguió siendo feliz con su amo. ¡Salud, Vero!

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Me acabo de enterar que Diana se llama Diana, la que escribe en azul y letras de máquina de escribir. Para mi, la venezolana que se fue a vivir a Argentina antes de que la emigración estuviera "de moda" y lo contaba -casi- todo en sus escritos "como si a alguien le importara", con una elocuencia que envidiaba [creo que no hay envidia sana, pero créanme, en realidad era envidia sana] y con esa pasión con la que quisiera vivir mi vida [no he decidido ponerle corazón al asunto]. Diana sigue escribiendo y yo la sigo leyendo, y espero crecer como lo ha hecho ella en sus escritos. ¡Salud, Diana!

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Andrea escribe multicolor. En su blog puedes encontrar historias de todo tipo, confesiones [de ella copié las que intento hacer cada cuánto], mentadas de madre y sobre todo, avances de su vida, como en este humilde (JAJA) espacio. Ella es otra de las que, sin conocerla personalmente, le conozco la vida y probablemente en la 1.0 la odiaría mucho por pura envidia o ella me odiaría a mi por ser tan stalker de sus asuntos, pero me encanta leer que le va bien y se disfruta el mundo. ¡Salud, Andre!

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Sofí "muchas P" -como la llamé a veces- escribe en "shining lines" gracias a mi visión distorsionada y el título setentoso de su blog. De ella copié lo del aprendizaje del 2013, ¿se acuerdan? JA! Bueno, lo cierto es que Sofi le escribe intensamente a todo(s) y eso me encanta porque así quisiera escribir yo. Lo principal que puedes aprender leyendo a los otros es sobre la escritura. Gracias por algunas inspiraciones y, ¡Salud, Sofi!

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Elena y Kira deben ir juntas. Ambas escriben en una especie de blanco y negro. A una la conocí por la otra, no me pregunten cuál por cuál, pero a ambas las conocí gracias a Myself que escribe en gris. Lo cierto es que me encantaba leerlas a ambas: sobreviviendo a Caracas y superviviendo a Sapporo [entre otras ciudades], respectivamente. Eso era antes, por supuesto, hoy es otra historia y qué buenas historias. ;) ¡Salud, Ele! ¡Salud, Kira!

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Acabo de cumplir un año más de vida y creo que jamás le he celebrado el cumpleaños a este espacio que ya suma un lustro [fue el mes pasado] y todas estas mujeres -y otros demonios- me acompañaron desde que escribía como una tarada hasta que entendí que la buena escritura [que no ortografía, porque siempre he tenido buena ortografía] es la mejor presentación. Hasta hoy, que no escribo casi nada pero lo leo casi todo, porque también es bueno leerse [y escribirse] después de tanto aprendizaje [banal, sentimental, etc.] ...después de crecer. 

Hoy leo otras mentes, otras anécdotas, otras vidas, sin olvidar quedarme con lo mejor de cada lectura, de cada espacio en el que me "entrometo", como siempre he intentado hacerlo aquí y en la uno.punto.cero. Hoy celebro el cumpleaños de este blog con la compañía que tuve mientras lo escribí y con el deseo de que todas esas mujeres -y los otros demonios- sigan comiéndose el mundo como creo que lo hicieron, cada una a su manera, desde que las leo.

Hoy -como siempre- hay mucho que decir pero pocas ganas de decirlo, quizás porque ya pasó el tiempo de contar todo lo que siento y llegó la hora de contar todo lo que creo que sienten los demás. Escribir es mi meta pero no escribir de mi es uno de los objetivos. Espero lograrlo cuando empiece a intentarlo, como si fuese inmortal: siempre postergándolo todo.

Por los 5 años de escritura que están plasmados aquí y por los que vienen... ¡Salud, Abbie!

abril 13, 2014

Instante no tan mágico

Era un día cualquiera de colegio, salvo porque nos habíamos jubilado. Estudié en un colegio privado donde el horario impedía que saliéramos del recinto, es decir, jubilarse propiamente dicho, no era posible: nos salíamos de clase y andábamos por los pasillos del colegio... podría parecer estúpido, dado que no implica vivir aventuras adolescentes en la ciudad; sin embargo, esa mañana pasó algo lindo.

Teníamos una psicóloga en el colegio que, a mi modo de ver, tenía más problemas que nosotros. Me incluyo, aunque nunca entré a su cubículo más que para escuchar sus problemas, la verdad creo que era un poco inmadura, pero me daba igual porque las veces que "nos jubilábamos" nos refugiábamos allí. Estábamos en la era de los mensajes de texto, allí podía hablar con él sin temor a ser descubierta por algún profesor.

Ella estaba saliendo -o algo así- con el papá de un alumno de noveno grado (yo estaba en segundo de ciencias, es decir, quinto año de bachillerato) y creo recordar que se acercaba una fecha importante o simplemente quería hacer algo fuera de lo común, en realidad no recuerdo muy bien cómo llegamos a la idea: llamaríamos al "homenajeado" por teléfono y le daríamos una serenata, era perfecto: Ramón en la guitarra y yo la "maravillosa" voz. Para ese tiempo, yo era soprano en la coral de la Procter & Gamble, por lo que supongo que mi voz sonaba muy bien (o por lo menos mejor que ahora). No le diríamos de parte de quién, dado que ella quería ver su reacción cuando se lo dijera.

Cuando atendió el teléfono, escuché una voz gruesa, de hombre interesante... le pregunté si era Fulano y respondió afirmativamente, a lo que respondí que teníamos un encargo para él y que por favor no colgara mientras cumplíamos. Iniciaron los acordes y a los tres segundos comencé a cantar: "Cuando sientas tristeza que no puedas calmar, cuando haya un vacío que no puedas llenar...".

Al finalizar la canción, Fulano me agradeció con la voz temblorosa añadiendo halagos a mi voz. La psicóloga había presenciado la escena y escuchado todo en altavoz, estaba muerta de nervios y algo parecido a vergüenza. Nos dijo que en la próxima salida le diría que fue ella y nos contaría con pelos y señales lo que él le dijera y su reacción al respecto.

Era la mañana de un lunes cuando ella nos sacó del salón: llegamos a su cubículo y se le veía decepcionada, triste... no lo sé, sinceramente no entendí para qué nos mandó llamar. Comenzó diciéndonos que había salido ese fin de semana con Fulano, y que él le contó con emoción que le habían dedicado una canción por teléfono esa misma semana. Antes de que pudiera revelarle quién había sido la autora intelectual, él le dijo que Sutana se había excedido con ese gesto, que fue muy lindo... bla, bla, bla... otra mujer se adjudicó el crédito que le pertenecía a la psicóloga de mi colegio. Casi me da un infarto.

Le dimos muchas ideas de cómo desenmascarar a la ladrona, que debíamos volverlo a llamar y decirle la verdad, que Sutana no tenía como comprobarle que había sido ella, en cambio nosotros sí... perdimos nuestro tiempo y nuestras palabras, creo que ella se resignó a "perder" la batalla (o la guerra). No entendí por qué, pero ese día supe que hay personas que se regocijan en sus desgracias y ese es un triunfo mayor que luchar por su felicidad... mayor que ganar. Hay personas sin escrúpulos en el mundo y personas que se dejan joder fácilmente. La psicóloga de mi colegio era de las segundas, definitivamente.

abril 03, 2014

Confesión #3, #4 y #5

No consigo tiempo para escribir [o no quiero conseguir tiempo] así que esto será una especie de recopilación de confesiones de los últimos meses...

Me reconcilié con el catolicismo. Algo así.

Seis meses me duró la crisis, ¿para qué voy a buscar lo que no se me ha perdido? Entendí que no tengo que estar totalmente de acuerdo con "las autoridades" ni con mis hermanos [de la religión] siempre que esté en paz conmigo misma y sepa que lo que hago y pienso está bien [o que por lo menos no daño a nadie], que no tengo que ir a la iglesia para hablar con Dios y que todo lo que hago siempre tiene un poquito de catolicismo, está en mi, ¿qué hago? Ahora, sigue en pie aquella lista de lo que sí creo [menos el punto 6, supongo que me dejé llevar por la sociedad ¿?], lo que me aleja del fanatismo religioso, que considero algo bueno... eso es todo, por ahora.

Soy una pseudo escritora mediocre. Eso ya es bastante decir.

Tengo un montón de ideas para escribir y no escribo nada. No llevo libretas ni lápices en mi cartera a diario, de vaina el kindle para leer y el teléfono -que no puedo sacar cruzando una calle para escribir una idea, algo que tampoco puedo hacer con la libreta- para que me localicen, porque en lo que a mi respecta, no me apetece localizar a nadie. Lo siento, esta etapa de mi vida es eremítica. He dedicado mi tiempo libre a leer [libros y Twitter, coño, no me juzguen], y debería tener un cuaderno, una hoja, algo donde pueda plasmar mis ideas según vaya leyendo, pero no... no sé qué me creo, la verdad. Por este camino no voy a poder inmortalizar mis grandes ideas. [JAJAJA ok no].

He practicado la estupidez desde enero de este año hasta nuestros días...

...quizás desde antes, pero bueno, dicen que los venezolanos somos de memoria corta. El punto aquí es que, por más que pienso, no olvido. Explico: mi consejo a todos los que "sufren" por alguien es "piensa en esa persona cada vez que quieras hacerlo, no te cohibas, tu mente en algún momento se cansará, se quedará sin recuerdos, sin instantes, sin eso bonito que tenías o creías tener..." bla, bla y BLA... amigos, les confieso que eso no es tan efectivo como creí... o es que mi mente traicionera no se cansa o es que viví muchas cosas que considero bonitas, pero NO SE CANSA. Es horrible seguir tus propios consejos. Pero nada, dicen que se necesita la mitad del tiempo que pasaste con alguien para olvidarlo... así que, sacando cuentas, me restan unos 9 meses y medio... un embarazo, pues.

Aprendí a no arrepentirme. Más bien a agradecerlo todo.

Esto no cuenta como confesión en sí, sino como extensión [o la redacción seria] de la confesión anterior: me di cuenta que siempre caigo en lo mismo -en lo que a sentimientos se refiere-, por lo que decidí darle la vuelta: en vez de preguntar "¿por qué?" y darme golpes de pecho, decidí agradecer a Dios, cada vez que puedo o recuerdo, por las personas que ha puesto en mi camino, por las que se fueron, por las que boté, por las que se quedaron y las que se devolvieron y por las que simplemente cruzaron en la primera esquina. Lo agradezco porque sé que no todos tomamos el mismo camino, que en ciertos tramos vamos acompañados de uno, dos o más personas pero que otros tramos nos toca solos, que no es más o menos difícil, que lo vemos así porque no tenemos con quien compartirlo o tenemos muchos "distractores", respectivamente. Todas las noches sonrío por los buenos momentos, y esto lo escribo con un nudo en la garganta porque debo decir, en honor a la verdad, que también lloro porque sé que no volverán. No es el fin del mundo, lo sé, como también sé que viviré muchos más y mejores momentos de lo que he vivido hasta ahora, pero como dice Sara Bareilles en el himno que adopté: "I'll be alright, but just not tonight..."

Los amorosos andan como locos 
porque están solos, solos, solos, 
entregándose, dándose a cada rato, 
llorando porque no salvan al amor.
Los Amorosos
Jaime Sabines

Me siguen los buenos