Antes
del libro cerrar
quisiera contarte
que no me gustó
su final.
O. B.
He estado pensando en todas las veces que me dije que sería la última vez que te escribiría y me da risa. No sé por qué, la verdad, hace dos segundos sentía que me hundía en la desgracia, pero por suerte maduré y quiero convencerme de que lo superé y por eso escribo esto hoy.
Me da risa, en principio, porque ésta sí es la última vez que te escribo directamente, aunque es irónico, porque es la primera vez que escribo con la verdad entre los dedos. Aclaro que es "directamente" porque estoy segura de que voy a seguir escribiendo de todo lo que pasó, de lo que sentí y de lo que sentiré a partir de hoy, pero no te voy a escribir a ti, ni a ti. Cuatro diarios y no.sé.cuántos escritos en este espacio ya fueron suficientes. Demasiados.
Debo confesar que no sabía nada cuando la verdad no logró esconderse un día más. No lo sabía, pero siempre lo sospeché. Mejor dicho, creo que sí lo supe siempre, pero no quería ver lo que todo el mundo veía. Todos me lo dijeron, todos lo vieron y yo seguía tapándome los ojos, con la mirada perdida en tus mensajes, en tus correos, en esa vida que sigo considerando la verdad. Me parecía ilógico, algo fuera de lo que creía que era la vía natural de las cosas. Con el pasar de los años me di cuenta, entendí, lo asumí y lo sufrí, pero simplemente decidí mantener mis certezas inventadas por mi sanidad mental, para seguir viviendo.
No tenías derecho -ni lo tienes ahora, ni te lo concedo- de venir a destruir lo que desde hace no.recuerdo.cuántos años he construido para superar esto. Entiendo que te llevas la peor parte y de corazón lo lamento, pero no fui yo la que puso la primera letra de ese cuento sin sentido. Aún así, hoy le pongo punto final porque me cansé, porque diez años después -aunque esta verdad me parezca una bomba atómica- aclaré las dudas más importantes y no me interesa saber tus por qué, ni tus cómo, y tampoco quiero leer los párrafos que te dolieron. Cada quien cosecha lo que siembra y te recuerdo que a mi me tocó sufrir de gratis. A pesar de todo, me parece que salí ganando.
Para mi, ya no importa nada de esta historia que nunca fue.
Era él. Siempre fue y siempre será él.
No eras tú, nunca fuiste tú.
Gracias, pero no, gracias.
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