septiembre 18, 2017

Otro escrito sobre crecer

Las migraciones se dan todas a la vez (más o menos) o no se dan.

Es evidente (para mi, y seguramente para los que me leen desde que era drama queen) que he crecido mucho desde que me mudé. No corporalmente, claro está, sigo teniendo mi estatura “poco.más.de.1_50cm”, mi caucho en la cadera y el resto de mi como era antes, pero internamente soy mucho más de lo que solía ser. Así, sin adjetivos.

Este fin de semana la pasé cocinando: hice desde arepa frita (para Argentina la comida frita es una herejía) hasta tequeños (fritos, por supuesto). Mis fines de semana de ahora, a diferencia en años luz de los de antes, suelen ser de ver películas o series, comer y/o cocinar (no siempre cocinar significa comer, eso podría dar para otro escrito) y sentarme a pensar: un eufemismo para decir ver instagram y facebook… y las historias de whatsapp. Malditas redes.

Pero también, más allá de hacerme cargo de mi misma (algo que no solemos hacer totalmente hasta que vivimos solos), he descubierto que estoy “migrando” de ser una persona de la noche a ser una persona de la mañana. No del todo, no todos los días, pero aunque suene paradójico, tampoco contra mi voluntad. Simplemente es algo que no he podido evitar. Jorge me dice que a medida que crecemos, dormimos menos. Jorge es mi mejor amigo, se los presento. Y la verdad es que mientras estoy escribiendo esto, no me queda muy claro si en realidad estoy migrando a ser una persona de la mañana o es que simplemente estoy durmiendo menos, porque la realidad es que yo antes de las once no puedo dormir, pero a las siete de la mañana ya me despierto… y eso no pasaba antes.

Lo primero que hice este mes fue cambiar el orden de los “macundales” del cuarto de manera de estar lo más lejos posible de los enchufes y, por ende, del celular en las noches. Así, cuando voy a dormir “me obligo” a dormir a la hora porque el cargador no llega a la cama (no aplica para fines de semana porque simplemente no cargo el celular en las noches). Además, me despierto un minuto antes de que suene la alarma y pienso “maldita sea” pero ya no pienso “dormiré cinco minutos más” porque sé que hay una de dos posibilidades: o esos cinco minutos más no los duermo o se convierten en una hora mínimo. Así que me levanto y me preparo un café.

Otra cosa que tampoco puedo hacer ahora es dormir durante el día. Antes solía pasarme que podía dormir en la tarde y dormir tranquilamente en la noche. Otra pérdida de la adultez: duermes máximo ocho horas cada veinticuatro horas, punto. Así, si duermo en la tarde dos horas, en la noche -como ustedes ya deben saber- no me da sueño; me duermo a las tres de la mañana y me despierto a las ocho de la mañana “del día siguiente” (es el mismo día, pero para mí sigue siendo el mismo día si no lo separo durmiendo).

Siguiendo la nomenclatura horaria de este país, son las nueve menos cinco y yo estoy escribiendo esto en pijama, porque puedo (tengo horario flexible en la oficina y vivo cerca) y porque de repente pensé que así como hay personas que se levantan a las cinco de la mañana y salen a correr o a hacer cualquier otro ejercicio, esto de escribir junto al alba (es una metáfora, no cuenten conmigo antes de las siete de la mañana) podría ser un buen ejercicio mental.

Quién sabe, capaz sale algo bueno.
Y sonrían, miren que los miro.

septiembre 06, 2017

Declaración de independencia

[Este escrito es del 27 de Mayo y no le edité ni una coma, me pareció pertinente publicarlo ahora]

Cada vez es más difícil para mi publicar aquí. Desde que decidí "resolver" mi vida, escoger un rumbo, definir una forma de ser 'real' -no la máscara que tuve por tantos años-, desde ese momento es cada vez más complicado escribir algo que me provoque publicar.

De todas maneras, tampoco he escrito mucho durante este tiempo: digamos que perdí la práctica, el ejercicio de escribir, algo que estoy intentando resolver ahora, al igual que otras cosas que quiero poner en marcha en mi vida y estoy trabajando en ello.

Lo cierto es que no puedo dejar de pensar y de reflexionar acerca de todo, no sé si sea porque realmente maduré, porque estoy más cerca de la vejez (JAJA), o porque asumí de una vez por todas que "tengo que actuar diferente para conseguir resultados diferentes". No estoy segura de muchas cosas, pero sí hay algo en lo que me he enfocado y en lo que no voy a ceder: (en la medida de lo posible) voy a ser feliz y voy a mantener mi paz.

Adiós, fachada de odio que me ayudaste por mucho tiempo: gracias, pero ya no te necesito.
Adiós, fachada de amargura que me mantuviste a salvo, ahora puedo salvarme sin ti.
Adiós, miedo a la autocompasión, a la introspección y a ejercer el amor propio.

Abbie se queda al mando.


Disertaciones sobre escribir

Recientemente he pensado mucho en la idea de escribir. Me he dejado vencer por la flojera y el "mañana lo escribo", pero la realidad es que si no lo hago cuando "debo", no lo hago nunca. Me gustaría que existiera un aparato que redactara mis pensamientos sin que ni siquiera tenga que pronunciar la palabra, pero como no existe, tengo que escribir.

Este escrito de hoy es gracias a mi amigo Manuel que tiene poco más de un mes invitándome a escribir porque los astros y las señales cósmicas señalan que es un buen tiempo para sembrar palabras (no es exactamente lo que dicen, pero me gusta inventar, como buena escritora wannabe). Entonces, siento la necesidad de sembrar palabras, quiero y puedo, aunque no tengo muchas ganas.

El tema es que hasta que no "me pongo en tema" no lo hago, luego le agarro el gusto, me pasó con regresar a Instagram: empecé a publicar una o dos fotos a la semana porque le agarré de nuevo el gusto a editar, a ver la "perfección" de la simetría y me encanta ver que una foto que no tenía mucha esperanza de ver la luz de las redes sociales pudo lograrlo gracias a que "me puse en tema" y me tomé el tiempo necesario para que se viera bien (igual trato siempre de tomar las fotos lo más simétricas posibles porque ajá, la loca, probablemente por eso no me gusta tomarle fotos a la gente).

Lo mismo me pasa con la escritura. Empecé un nuevo "diario" pero no me siento motivada a escribir, pensé que quizás debo empezar en otro cuaderno que me inspire más, que me llame, que lo vea y sienta ganas de escribir en él todo el tiempo. Puede que les parezca una tontería, pero es importante para mi porque recientemente descubrí que soy una persona muy visual y, sinceramente, el cuaderno que tengo ahora es horrible. ):

Lo cierto es que en verdad quiero escribir, pero lucho contra mí misma para hacerlo porque la flojera (de no prender la compu, de pensar, de editar mi propio escrito) me gana y es una estupidez porque simplemente debo decidirme y trabajar en ello, dejar de lado esas energías negativas que no me dejan hacer las cosas que quiero y que me hacen feliz.

Por cierto, recientemente estoy obsesionada con ser bilingüe, so, maybe I'll start to write in english... who know? (;
Esto es mejor que estar obsesionada con encontrar al amor de mi vida, ¿o no? =P

Gracias, amigo Manuel.

Y sonrían, miren que los miro.

Me siguen los buenos