marzo 28, 2013

Debí ser

Debí ser el tipo de adolescente que no entendía.

Debí ser de esas que escuchaban rock y se vestían / maquillaban de negro -cuando podían-, de esas que pensaba que vivían en otro mundo pero en realidad vivían en el mundo que vivía la mayoría... yo era la que estaba en otro mundo. Hubiese sido más rebelde y quizás un poco más problemática, pero tendría otra visión del mundo, otros recuerdos, otras experiencias... no mejores ni peores, simplemente diferentes. 

Pude ser de esas que coqueteaban con medio colegio, que salían con uno y otro, que iban a todas las fiestas -o hacían todas las fiestas en sus casas- y que en cada recreo tenía la lengua de un tipo en la boca... era un mundo más real, ahora que lo pienso, un mundo donde el amor era superficial, donde la decepción era "qué bolas que fulano no me metió mano". [Es bueno -divertido- ser radical y exagerada en estos casos].

La verdad pude ser muchas cosas, pero no fui ninguna.

No fui ninguna porque vivía la vida de alguien más, porque me preocupé más en amar que en ser yo. [Quizás eso definió mi personalidad, a pesar de todo lo que pasó después]. Me preocupé más por él que por mi misma y no sé si estuvo bien o mal pero eso fue lo que pasó. Aún no lo supero, como podrán ver, por eso escribo... ese es uno de los mayores tesoros que me dejó... el hábito de escribir. Escribir porque estaba segura que nadie entendía lo que estaba viviendo y mucho menos entendían lo que sentía y me refugiaba en mis "diarios". 

Pero ya es hora de dejarlo atrás.

No quiero psicólogos, no quiero "expertos" ni pastillitas. Quiero escribirte, describirte y dejarte plasmado en un papel, en este blog o en algún otro lado y dejar de lamentarme por lo que pudo ser... porque cumplí mi parte, hice todo lo que pude hacer, todo lo que me dejaste hacer, te amé más de lo que hubiera querido y no me arrepiento porque aprendí muchas cosas, pero ya es tiempo de cerrar el libro, porque pasar la página no es suficiente.

No espero olvidarte, no espero dejar de pensarte de vez en cuando, no espero odiarte porque no tengo motivos para ello, simplemente espero que dejes de dolerme como me dueles a veces... quiero, más bien necesito que te quedes aquí, como un buen libro con final amargo que sabes que leíste pero que no volverías a abrir... como ese viejo café al que solías ir a ser feliz al que no vuelves porque sabes que los buenos momentos no estarán allí... como dicen, "no vuelves a los lugares donde fuiste feliz".

Solo espero que esta sea la última vez que te escribo, porque siete años ya fueron suficientes, porque es hora de dejar de buscarte en todos, porque es hora de evitar encontrarte en cada momento que vivo, es hora de dejar de imaginarte en mi presente, es hora olvidar la vida que no viví contigo... esa que viví solo en mi mente.

Gracias,
nunca sabrás cuánto agradezco todo lo que aprendí por ti, 
pero es hora de decirte adiós.

PD: Este cumpleaños no me recuerdes, no me escribas, no me hagas más daño. 
[Qué absurdo escribirlo, pero nunca está de más "por si me lees"].

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