junio 20, 2013

A veces me da por llorar

Nadie lo sabe, pero soy súper llorona... no sé por qué siempre trato de ocultarlo, como si fuese motivo de vergüenza, supongo que es otro de mis mecanismos de defensa: pocas personas pueden decir que me han visto llorar de verdad.

Tengo la extraña manía de tomar para mi el dolor y/o sufrimiento ajeno: porque me duele ver decaído a alguien que quiero de verdad, porque recuerdo esos momentos donde yo estuve igual y no tuve a nadie -o no quise tener a nadie- ahí para mi, porque soy de esas personas pesimistas que viven y padecen los peores momentos antes de que sucedan.

Hoy, por ejemplo, he leído varias cosas en varios blogs que tocaron la puerta de mis lagrimales: un post que habla del amor a distancia, ese que ha estado en mi vida como una sombra desde que tengo uso de razón y capacidad para enamorarme y otro post que hablaba del día del padre y de cómo se vive cuando ya no lo tienes... y es que siempre he estado tan cerca de la muerte...

Tengo el don de recordar las primeras y últimas veces de algo/alguien en mi vida... y la verdad, aunque es un don extrañamente interesante y quizás hasta importante o útil, no es para nada alegre, todo lo contrario... y son recuerdos, son muchas cosas que, por más que llore, las lágrimas no se las llevan... 

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Me siguen los buenos