Nos encontramos una noche durante un concierto donde llovía copiosamente y ninguno de los dos tenía paraguas. Decidimos permanecer juntos y seguir disfrutando de la música por la que habíamos pagado sin darle importancia a la lluvia, porque al final de cuentas esos instantes de la vida son los que se recuerdan con la sonrisa más grande.
Bailamos y cantamos con todas las fuerzas que nos permitía el frío que hacía en aquel recinto. Al final del concierto corrimos hasta mi carro porque tenía un par de toallas en la maleta y podía acercarlo hasta su casa. Nos secamos un poco dentro del vehículo mientras conversábamos; yo temblaba por el frío y él sugirió que podíamos abrazarnos por un par de minutos para que el calor corporal nos calentara.
Bromeé diciéndole que no dejaría que se aprovechara de mi, pero la verdad era que en sus brazos temblaba más por lo que me hacía sentir que por el frío y creo que él lo sentía, porque acercaba deliberadamente sus labios a los míos, los mojaba con su lengua y respiraba despacio... y volteé a mirarlo y por instinto me mordí el labio inferior y él por instinto sonrió antes de besarme... por instinto me besó y yo por instinto le devolví el beso.
Era por instinto que manejaba hasta su casa dos y tres noches por semana con la excusa de que no podía dormir sola y lo que menos hacíamos era dormir... él comenzó a quererme más de lo que yo quería y nunca he sabido cómo mantener una relación, no sé cómo es eso de que me llamen a la oficina solo para desearme buenos días ni que me inviten un café que no termine en sexo, ni que me cuiden en esos días...
Fue por instinto que dejé de ir a su casa por las noches y por instinto cambié de número de teléfono y no le di explicaciones cuando me buscó porque tampoco sé cómo despedirme y dejé de ir a su librería favorita -que era también la mía- y dejé de tomar esos cafés que no terminaban en sexo y dejé de pensar que me había enamorado y por excusarme en el instinto lo había dejado ir...
Hace días lo volví a ver... por instinto compré la entrada al concierto de su grupo favorito -que es también el mío- y cuando llegué comenzaba a llover... lo volví a ver como la primera vez, él sonreía mientras se acercaba... y yo sin paraguas...
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