noviembre 24, 2014

Demasiadas veces

¿Cuántas veces son demasiadas veces? Creo que depende de si es bueno o malo. Lo bueno nunca nos parece demasiado, mientras que lo malo, si sucede más de una vez, nos agobia y nos hace creer que estamos condenados. Esto lo escribo desde el empirismo puro y duro. Lo pensaba el fin de semana, después de que me pasara "lo mismo" una vez más. Ya son tres veces. La tercera es la vencida, ¿no? Al menos eso dicen. 

Creo que algo (malo, ya quedó claro) es "demasiado" cuando te da igual, cuando deja de tener sentido, de importarte... cuando te pasó una y otra vez y lloraste y te dolió y no lo superaste, aunque digas que sí, y te pasa otra y otra vez y la reacción es más de desgano, de rutina, de conformidad... son demasiadas veces cuando ya no te crees víctima ni te sientes vulnerado/a sino parte del proceso... cuando lo aceptas y decides que la próxima lo harás mejor... cuando vuelves a aplicar la misma fórmula.

Debo confesar que he usado una misma fórmula desde hace años, lo descubrí esta vez y el primer paso para cambiar es saber qué hay que cambiar. Hoy creo que tres veces son demasiadas veces para una sola vida, hay piedras que tienen patas y hay que cortárselas para sobrevivir. 

Como mínimo, tengo que despejar otra incógnita, porque ya sé cuál es el valor de X. 

Tengo que avanzar.


PD: Me disculpan la alegoría con la estadística, estoy a punto de graduarme. 
#DiosMediante #Amén 

noviembre 03, 2014

Pijama nueva

Imagínense lo malditamente desordenada que soy, que hace unos días encontré -de nuevo- una de sus camisas entre las mías. Yo sabía que la había dejado alguna vez, pero no me dio tiempo de devolvérsela, como muchas otras cosas que no me dejó hacer ni decir. Muy por el contrario de lo que había pensado la primera vez que la vi después del "rompimiento", decidí usarla de pijama porque, a fin de cuentas, es mejor que usarla de coleto. Pero luego me puse a recordar y supe que ésta fue la camisa que usó la última vez que lo vi feliz, feliz de verdad... fue la camisa que tantas veces usó para venir a mi casa y quedarse dormido en el mueble con Motín en la Bounty en el pecho... fue una de las que se llevó a la playa aquella vez... y aquella otra vez... y era una de sus tantas camisas de cuello redondo que creí que nunca, jamás dejaría de oler a él... pero lo hizo y, a pesar de tanto, agradezco que me haya dejado esta camisa y agradezco que haya sembrado en mi alma las ganas de leer todos los libros del mundo y de escribir mi vida, la suya y la nuestra... agradezco haber aprendido y haberle enseñado cualquier_cosa y por encima de todo, el hecho de habernos vivido de tantas maneras... es lo que más agradezco en el mundo.

PD: Me hace ver sexy y todo, no creen.

Me siguen los buenos