febrero 08, 2012

Cartas de amor


Me he negado rotundamente a participar en cualquier tipo de concurso que exista a nivel mundial… nunca gano, es verídico, entonces pienso “no invertiré mi tiempo en algo que no voy a ganar” y simplemente no lo hago.
Han habido excepciones:
-Me gané un centro de mesa: ¿no se supone que eso lo regalan? Además, tenía OCHO AÑOS.
-Me gané unas velas en un babyshower: bitch… REALLY? ¿VELAS EN UN BABYSHOWER? Ni siquiera un tetero, una compota… o un pañal.
-Me gané unas entradas para el monólogo de Laureano Márquez… fue el único premio que realmente me gustó, aunque mis papás se adueñaron de las entradas y tuve que pagar la mía [con plata de mi papá, obvio].
En fin, al punto:
Cartas de amor es un concurso de cartas de amor [GUAO!] que El Nacional y Mont Blanc realizan desde no sé cuál año y no sé en cuáles categorías… se nota que sigo qué jode el bendito concurso. Recordé que existía porque leí un post de Toto donde relata su experiencia dentro de un concurso de fotografía, pero por obvias razones no puedo inscribirme en el concurso: ya cerraron.
Las inscripciones para Cartas de amor están abiertas durante todo Febrero: no me he inscrito porque no puedo inscribirme sin tener una carta y obviamente no tengo una carta; aún no decido formalmente que me inscribiré, sólo tengo la idea rondándome en la cabeza porque sería muy interesante escribir una carta de amor… amor a cualquier cosa, pero amor al fin.
Hace tiempo no lo hago: escribo mucha graminácea [léase paja] pero nada tan serio como para ser considerado de relevancia, entonces sería fino expresar mi amor a algo / alguien, a ver si descubro si amo realmente algo / a alguien. Además, imagínense a Karla Suzet -en conjunto con Abbie, obviamente- escribiendo nuevamente una carta de amor… ¿de qué color la raya en el cielo?
La otra cara de la moneda
He leído que ese concurso no es muy creíble… no tengo seguridad de ello, nunca me he tomado la molestia de hacerle seguimiento al proceso, pero hay blogueros que sí: no tengo los post precisos, pero los he leído. Además, estemos claros en algo: para proponerse escribir una carta no es necesario inscribirse en un concurso…
El dilema está en que, si no lo hago, no sentiré la necesidad de escribir la carta y seguiré en las mismas; si lo hago, sentiré la presión de que es un concurso y debo dar lo mejor de mi -y es mentira que lo mejor de uno sale bajo presión- pero al menos escribiré la carta… no es una decisión de vida o muerte, pero es la decisión del cambio [como votar pues].
En realidad, antes de ponerme necia y fastidiosa con eso, lo que haré será redactar mi carta antes de las vacaciones carnavalescas… después decido si la pongo a participar o no,
…quizás escriba más de una.
PD: Si no concurso, prometo publicarla aquí.

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