febrero 21, 2013

Gracias

Mis despedidas han sido más que mis bienvenidas. Supongo que tengo un problema. También puede ser que los demás tienen un problema conmigo, pero no me gusta echarle la culpa a otros, al menos no en cuestiones de sentimientos, quizás por eso las despedidas son mayoría. Digo adiós y vuelvo a caer... y vuelvo a decir adiós. Masoquismo le llaman a eso. Así como la gente que no se resigna a perder... pero la realidad es que yo nunca he perdido porque nunca he tenido. 

Me enamoré de alguien que no existió nunca. Un invento de alguien más a quien le pareció divertido hacerse pasar por "el hombre perfecto"... y qué loca, ¿cómo voy a ser tan inocente? ¿Cómo pude caer así? ¿Cómo pude ser tan ciega durante más de cuatro años? Eso es lo de menos. Es la primera y espero que sea la última vez que lo escribo.

¿Que por qué lo digo ahora? Porque se lo conté a una persona con quien no quiero tener secretos. Ese era mi secreto y hoy, después de todo, decidí que no quiero que se sienta especial por saberlo. Esa persona ha querido despedirse de mi desde hace días y trató de hacerlo de manera sutil y no lo dejé... por necia, por Abbie. Esa persona hoy se levantó con el pie izquierdo y yo pagué los platos rotos y no fue nada agradable.

Como siempre he escrito, en esta vida hay que agradecerlo todo. Ese alguien que se hizo pasar por otro alguien me enseñó a querer y a quererme, aunque irónicamente él [o ella] no se quería a sí mismo. Lo he agradecido cada día de mi vida, aunque no siempre he puesto en práctica lo que me enseñó.

Doy las gracias porque fue lo que aprendí a hacer después de mi primera decepción: no puedo dañar a nadie porque sé cómo que se siente que te dañen, que te humillen, que te engañen, que se burlen de ti... por eso simplemente digo lo que siento y me alejo, me aparto y fin de la historia. Es lo que he hecho desde que tengo uso de razón.

A ti te doy las gracias por los libros. También por hacer que Abbie sonriera una vez más, por lograr que Karla la dejara vivirte. Te agradezco los momentos vividos que se convierten en recuerdos invaluables porque es lo único que nos quedará al final. Te doy las gracias por todas las veces que me aguantaste, porque soy igual de insoportable que tú. Gracias por las veces que me hiciste creer que podía pasar algo más; como dicen, la esperanza es lo último que se pierde... yo la perdí hoy.

Gracias por la confianza, por las sonrisas que fueron más que las lágrimas, por el cariño, por la amistad... gracias por los te quiero. Gracias por ser el espejismo de aquel que tanto amé: definitivamente él no eres tú y tú nunca serás como él; quizás mi error fue empeñarme en verlo en ti, pero ya no importa. Gracias por haber sido parte de mi vida... no sé si lo seguirás siendo pero hoy quiero agradecértelo.

Gracias por todo y aquí, por favor, incluye lo que se me está olvidando.

febrero 20, 2013

Yo soy yo

O quizás no.

Yo creo ser yo, pero no siempre lo que yo creo es lo que es. El deber ser es que yo sea yo, pero como también soy Abbie, entonces no soy del todo yo. Yo digo ser yo, pero a veces no creo serlo, cuando vivo cosas que nunca he vivido me siento otra, una nueva yo, porque estoy a la expectativa de lo que sucederá. Me creo otra contigo. Me gusta eso.* Otras veces me creo demasiado yo, cuando vivo lo de siempre, cuando las experiencias se repiten como un deja vú soy muy yo. No es tan interesante porque sé cómo sigue, cómo termina. No es ni bueno ni malo, simplemente es mi zona de confort, de la que debo salir obligatoriamente. Mi mejor amigo me empuja a ello; mi subconsciente se niega a experimentar cosas nuevas.

Yo siento ser yo, pero no siempre siento lo correcto. Sentir lo "correcto" es subjetivo. Demasiado subjetivo, tanto que ni siquiera debí decirlo. Más bien cabría decir "no siempre siento lo que los demás se merecen que sienta". Ese es otro tema. Yo siento ser yo, pero no siempre siento lo que quiero. A veces no me siento yo. A veces me siento una mejor. Casi siempre me siento una mejor. Soy feliz cuando me siento una mejor. A veces también soy feliz contigo. Me gusta eso.* Otras veces me siento una peor yo, esas son las veces no felices pero divertidas. La diversión es un espejismo de la felicidad. También sirve aunque no todo el tiempo. La diversión cansa, para la felicidad siempre tenemos energía. También hay veces que me siento yo. Son pocas veces pero las mejores. Cuando me siento yo, soy una mejor yo y eso es mejor que sentirse una mejor yo cuando no me siento yo.

Yo soy yo. Me gusta ser yo. Si no fuese así, ¿qué sería de mi?
PD: Aún no defino quién soy. Sé quién no soy.  Sé qué no soy. Por ahora, eso me basta.

*Cifrado.

Me siguen los buenos